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La zona de emisiones cero de Berlín, ilegal

Los planes para establecer una zona de emisiones cero para los vehículos de combustión interna en Berlín parecen haber fracasado. Tras cancelar inicialmente el calendario hasta 2030, un dictamen de expertos ha confirmado ahora que la zona sin coches es contraria a la ley.

Es probable que los coches diésel y de gasolina sigan circulando por las carreteras de Berlín durante mucho tiempo. Un dictamen pericial encargado por el líder de la CDU berlinesa, Kai Wegner, demuestra que la zona de prohibición de circulación de vehículos de combustión interna dentro del anillo del S-Bahn es ilegal. La razón: la Ley de Control de Inmisiones permite prohibir la circulación si se superan los valores límite de contaminantes atmosféricos. Sin embargo, el CO2 no es uno de estos contaminantes enumerados en la ley. Dado que los valores atmosféricos actuales no pueden utilizarse para justificar una prohibición total de los motores de combustión interna, primero habría que modificar la ley para que, o bien se redujeran los valores límite de partículas y óxido de nitrógeno, o bien se incluyera el CO2 en la ley como contaminante. Sólo entonces, según el informe, podría introducirse una zona de emisiones cero.

Sin embargo, el informe no sólo supone un revés para los defensores de un aire mejor y menos tráfico en el centro de Berlín. Probablemente también afecte a otras ciudades de Alemania. En general, la situación jurídica actual podría dificultar el endurecimiento de las normas en las zonas de bajas emisiones de Alemania para seguir mejorando el aire de las ciudades. Siempre que se cumplan los límites actuales, no habría base jurídica para endurecer las normas a fin de reducir el número de vehículos de combustión.  

Sin embargo, sigue siendo dudoso que se reduzcan realmente los límites de contaminantes atmosféricos o que se incluya el CO2 en la ley de control de inmisiones. Esto significaría que las ciudades estarían obligadas por ley a cumplir los valores más estrictos o tendrían que controlar y regular con más fuerza las emisiones de CO2. También es posible que los valores límite se modifiquen a escala europea para ajustarlos a los de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La OMS establece normas mucho más estrictas que la UE para los óxidos de nitrógeno y las partículas.

Sin embargo, es probable que en un futuro próximo siga siendo difícil endurecer las normas en las zonas medioambientales alemanas. Así, mientras muchas ciudades europeas siguen prohibiendo los vehículos de combustión interna, reduciendo el tráfico urbano en general y haciendo sus ciudades más ecológicas, Alemania sigue fiel a los coches diésel y de gasolina. Una vez más, la burocracia alemana se interpone en el camino para hacer más habitables los centros urbanos y salvaguardar la salud de los ciudadanos.