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¿Se acercan las zonas ecológicas nocturnas?

El Partido Verde de Berlín presentó recientemente una propuesta para igualar la congestión del tráfico en la capital. La idea es desplazar el tráfico de reparto y comercial a las horas nocturnas. Según Antje Kapek, portavoz de transportes de Los Verdes, esta propuesta debería contribuir a que los vehículos de reparto, recogida de basuras, servicios asistenciales y médicos se vean menos atrapados en calles congestionadas y aparcadas durante el día. Los camiones silenciosos y de bajas emisiones podrían circular cada vez más por las ciudades de noche y en rutas especiales.

La idea de las zonas medioambientales nocturnas es nueva en Alemania y probablemente aún nos resulte completamente desconocida a la mayoría de nosotros. Pero cualquiera que haya estado alguna vez de vacaciones en Italia en coche estará familiarizado con ellas: 
Roma, Venecia, Pisa, Trevisio, Celano, Bari o Savigliano. Todas estas ciudades tienen, al menos, una prohibición activa de circulación diurna para determinados vehículos. A la inversa, también existen prohibiciones de circulación nocturna para otros usuarios de la vía pública. Puede imaginárselo como si nuestras zonas alemanas de bajas emisiones estuvieran divididas en dos partes durante el día. Además, por supuesto, hay excepciones en determinados días de la semana o festivos a determinadas horas, y todo ello sólo con registro. El caos es inevitable. 

¿Qué significaría concretamente que los camiones sólo pudieran hacer entregas por la noche? En primer lugar, los comercios que recibieran las entregas tendrían que contratar más personal para aceptarlas, lo que supondría costes adicionales. Un centro de paquetería o una consigna sería una solución, pero no es una opción para todas las tiendas. ¿Qué ocurre con los productos perecederos, como los alimentos, que necesitan refrigeración? 

Cualquiera que viva en una gran ciudad sabe lo ruidoso que puede ser incluso por la noche en la ciudad con los "pocos" vehículos. Cuando los camiones de reparto siguen circulando y cargando mercancías, dormir ya no es una opción. 

Las zonas de bajas emisiones podrían tener un efecto positivo en la calidad del aire. Menos tráfico durante el día significa menos atascos. Esto significa menos llegadas y salidas y que se emiten menos partículas, óxidos de nitrógeno y CO2. Pero lo que parece lógico a primera vista puede tener exactamente el efecto contrario. Si el tráfico de reparto deja de atascar las carreteras durante el día y la conducción vuelve a ser más atractiva, otras personas que antes utilizaban el transporte público podrían volver a conducir más.  

Se mire por donde se mire. La idea de Los Verdes de Berlín no convence: más costes, más ruido, más contaminación atmosférica. Así no se consigue un cambio de rumbo en el transporte y un aire limpio para todos.