La capital sueca, Estocolmo, se ha marcado un ambicioso objetivo: A partir de 2025, los coches de gasolina y diésel estarán prohibidos en el centro de la ciudad. La Comisión Europea ha dado luz verde a la introducción de una nueva zona de bajas emisiones. Pero, ¿es realmente factible el plan o sólo otra medida política simbólica de la coalición verde-roja?
La recién introducida zona medioambiental de nivel 3 ya provocó desacuerdos el año pasado. La oposición conservadora en el ayuntamiento acusó a la coalición verde-roja de convertir el centro de la ciudad en un laboratorio experimental. Calificaron la medida de política simbólica ideológica que haría menos accesible el centro de la ciudad y excluiría a las personas que no pudieran permitirse un coche eléctrico.
Es indiscutible que la introducción de la zona de bajas emisiones podría mejorar la calidad del aire en el centro de la ciudad. ¿Pero a qué precio? Aunque los coches eléctricos y los vehículos de gas de bajas emisiones seguirán estando permitidos, quienes no puedan permitírselos quedarán excluidos de la nueva normativa.
La contaminación atmosférica en las grandes ciudades es un grave problema que hay que atajar. Pero, ¿es realmente la prohibición de los coches de gasolina y gasóleo la mejor solución? ¿Conseguirán estas medidas drásticas mejorar la calidad del aire o son sólo una forma de ganar puntos políticos?
Cabe preguntarse si Estocolmo puede servir de modelo a otras grandes ciudades con su enfoque radical. Si bien la ciudad lidera la protección del medio ambiente, otras ciudades pueden tener dificultades para aplicar medidas similares. La implantación de una zona de bajas emisiones de este tipo requiere una infraestructura completa para los coches eléctricos, que incluya suficientes estaciones de recarga y tarifas de aparcamiento diferenciadas.
También es importante reconocer que no todo el mundo puede permitirse un coche eléctrico. Por tanto, la prohibición de los coches de gasolina y diésel podría provocar desigualdades sociales y perjudicar a quienes no pueden permitirse un coche eléctrico.
¿Tendrá éxito Estocolmo con sus planes? Sería importante que la ciudad tuviera en cuenta las necesidades de todos los ciudadanos y no sólo las de quienes pueden permitirse un coche eléctrico.