Hay grandes esperanzas puestas en los coches eléctricos: seguir moviéndose sin dañar el medio ambiente ni la salud de los demás. Pero, ¿puede el coche eléctrico cumplir lo que promete? El escepticismo es cada vez mayor. He aquí un resumen.
La nueva norma Euro 7 prohibirá los motores de combustión a partir de 2025. Se supone que un combustible sintético respetuoso con el clima y que pueda utilizarse en motores de combustión interna salvará al motor tradicional. Pero la producción y los costes plantean problemas.
La industria del camión critica los objetivos de la UE por demasiado laxos. Ellos mismos quieren poner en las carreteras 200.000 camiones de emisiones cero para 2030 y piden normas más estrictas para los camiones diésel. Los objetivos son ambiciosos, pero posibles con la ayuda de la UE, que está defraudando al sector.
El nuevo Presidente de Estados Unidos ha anunciado una nueva era para los fabricantes de automóviles estadounidenses. Está plenamente comprometido con la conversión a los coches eléctricos. Sin embargo, a diferencia de la UE, no quiere iniciarla con prohibiciones de circulación para los motores de combustión interna, sino fomentar los coches eléctricos mediante subvenciones e incentivos.
Una nueva ley permitirá escanear las matrículas en Alemania para perseguir delitos penales. Esto podría llevar también al control digital de los vehículos en las zonas alemanas de bajas emisiones. Otros países de la UE muestran el camino.
Cada año mueren en Europa unas 400.000 personas a causa de la contaminación atmosférica. Las zonas medioambientales ya contribuyen a que el aire sea más limpio. Pero los límites fijados por la Organización Mundial de la Salud están aún lejos de cumplirse.
Los contaminantes atmosféricos han disminuido menos de lo estimado inicialmente debido a la pandemia de Corona. Las condiciones meteorológicas favorables también han influido. Este año, por tanto, es muy probable que se produzca un aumento, lo que podría volver a provocar prohibiciones de circulación.
La pandemia también está afectando duramente a la industria automovilística. Los sistemas de filtrado de los vehículos diésel antiguos no pudieron instalarse el año pasado como estaba previsto. Así que los vehículos diésel sucios siguen contribuyendo al aire viciado y hacen inevitables las prohibiciones de circular con diésel.
Este año se automatizarán los controles en la Zona de Bajas Emisiones de París. Los conductores que entren en el área metropolitana de París con una pegatina no autorizada podrán ser identificados y sancionados mediante sistemas de cámaras.
Se va a construir una ciudad verde de millones de habitantes en el Mar Rojo, donde no hay carreteras convencionales y los coches están totalmente prohibidos. El proyecto es controvertido, pero podría ser un modelo para dar un giro a la movilidad también en las grandes ciudades europeas.
