Según un estudio reciente, las emisiones de dióxido de carbono han disminuido considerablemente en algunas zonas del estado norteamericano de California debido al auge de los coches eléctricos. Los científicos de la Universidad de California en Berkeley analizaron los datos de decenas de sensores de CO2 en la región de San Francisco, donde los coches eléctricos están muy extendidos. En un periodo de cinco años, las emisiones de CO2 descendieron un 1,8% anual, aunque sólo casi el 20% de los coches de San Francisco son eléctricos o híbridos.
Los investigadores compararon los datos de los sensores con las matriculaciones de vehículos y llegaron a la conclusión de que el cambio a los coches eléctricos tiene un efecto mensurable en la reducción del dióxido de carbono, gas de efecto invernadero perjudicial para el clima. Sin embargo, el autor principal del estudio, el profesor Ronald Cohen, admite que el estudio no es representativo de toda California, ya que los coches eléctricos son menos populares en otras partes del estado.
¿Puede Alemania aprender del boom californiano del coche eléctrico o es una quimera? Aunque el estudio demuestre que la promoción de los coches eléctricos por parte de las autoridades locales puede tener un efecto positivo sobre el clima, es cuestionable que esto sea trasladable a otras regiones como Alemania.
En Alemania, la proporción de coches eléctricos sigue siendo baja. Aunque el Gobierno alemán tiene el ambicioso objetivo de aumentar la proporción de coches eléctricos a 10 millones en 2030, ¿hasta qué punto es realista? La infraestructura para los coches eléctricos está aún poco desarrollada en Alemania, y el elevado precio de los vehículos y su limitada autonomía son otros tantos obstáculos para muchos compradores potenciales.
Además, la generación de electricidad en Alemania sigue basándose en gran medida en los combustibles fósiles, lo que arroja dudas sobre el respeto medioambiental de los coches eléctricos. Por tanto, el cambio a los coches eléctricos sólo puede contribuir significativamente a reducir las emisiones de CO2 si la electricidad utilizada para propulsar los vehículos también se genera de forma sostenible.
Debido a su clima favorable y a su elevada radiación solar, California tiene una mayor proporción de energías renovables y, por tanto, puede pasar más fácilmente a los coches eléctricos. Pero aquí también hay problemas. La gran demanda de coches eléctricos está provocando cuellos de botella en el suministro eléctrico y no está claro que la red eléctrica pueda hacer frente a la avalancha.
El auge de los coches eléctricos en algunas partes de California es alentador. Sin embargo, queda por ver si Alemania podrá superar los retos asociados al cambio a los coches eléctricos. Lo que es seguro es que el camino hacia la movilidad eléctrica no es fácil y que aún quedan muchos obstáculos por superar.