La mentira de los 30 km/h
Hace aproximadamente un año se introdujo un límite de velocidad de 30 km/h en la Leipziger Straße de Berlín. El objetivo era reducir significativamente la elevadísima contaminación por óxidos de nitrógeno (59 µg / m³) y evitar nuevas prohibiciones de circulación de vehículos diésel.
El resultado: ¡un mísero 4% menos de NO2! En cambio, 700.000 vehículos y viajeros tuvieron que sufrir las restricciones de tráfico mes tras mes.
Según la B.Z., la policía berlinesa tampoco pudo determinar ningún "efecto significativo sobre la seguridad vial" en relación con los accidentes causados por el límite de velocidad de 30 km/h.
El verdadero escándalo es que los estudios ya mostraban de antemano que la reducción de velocidad apenas tiene efectos sobre la contaminación por NO2. A pesar de ello, la senadora de transportes Regine Günther, de Los Verdes, se mantuvo firme y sacó adelante su proyecto de limitación de velocidad a 30 km/h.
Entonces, ¿se suprimirán por fin las otras zonas de 30 km/h y se aliviará a los viajeros?