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¿Centro de la ciudad sin coches?

El año que viene, el alcalde de París quiere que el centro de la ciudad esté prácticamente libre de coches. La ciudad sigue así los pasos de otras metrópolis del sur de Europa. En Alemania, ciudadanos y políticos siguen oponiéndose a la creación de zonas ecológicas estrictas en el centro de las ciudades.

Para 2022, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, quiere que el centro de la ciudad esté prácticamente libre de coches. Entonces sólo podrán entrar autobuses, taxis, artesanos, profesionales y el tráfico de reparto. Los cuatro distritos centrales, con una superficie de casi 5,6 kilómetros cuadrados, en los que se encuentran los monumentos más populares, como el Arco del Triunfo y el Louvre, así como los distritos cinco, seis y siete al norte del bulevar Saint-Germain, se verán afectados por la estricta zona medioambiental prevista.

En la actualidad, por el centro de la ciudad siguen pasando unos 180.000 coches al día. Los residentes de los distritos afectados sólo tienen unos 18.000 coches. Además, unos 100.000 de los vehículos contabilizados diariamente son de tránsito, es decir, no se detienen en absoluto en el centro de la ciudad. Esto supone una enorme carga para los residentes de la zona.

En otras ciudades, como Madrid o Roma, ya existen centros urbanos sin coches. En Roma, el tráfico de automóviles ya se ha reducido durante 15 años para proteger el centro histórico de la ciudad. Sólo pueden entrar los que viven o trabajan en el centro de la ciudad.

En Berlín, la iniciativa "Berlín sin coches" quiere conseguir algo parecido, pero en un área mucho mayor. Toda la zona de la ciudad situada dentro del anillo del S-Bahn de Berlín debe quedar libre de coches. Sería la mayor zona sin coches del mundo. Sin embargo, la mayoría de los ciudadanos alemanes rechaza las ciudades sin coches.

Por supuesto, algo tiene que cambiar en Alemania. Los políticos aún no han endurecido las normas sobre zonas ecológicas y apenas existen zonas verdaderamente libres de coches. Pero con la iniciativa "Berlín sin coches", puede que los impulsores se hayan pasado de la raya. Para obtener el apoyo de la mayoría, primero habría que eliminar los coches de algunas calles o zonas más pequeñas. En Barcelona, por ejemplo, 9 manzanas de casas, las llamadas superilles, se combinan para formar una zona de tráfico calmado. Los vehículos pueden seguir circulando por las calles principales fuera de estos bloques. Los proyectos de menor envergadura también podrían convencer a los escépticos alemanes si pudieran experimentar por sí mismos las zonas verdes y pacificadas.

Una prohibición rigurosa como la que pretende la iniciativa pondrá sin duda a demasiada gente en guardia. Además, es probable que los costes de aplicación sean enormes. El cierre de la Friedrichstraße de Berlín ya costó más de un millón de euros hasta enero de 2021. Sin embargo, la zona no solo quedó libre de coches, sino que se transformó en un paseo marítimo.

Así que Alemania debería tomar ejemplo de ciudades como París, pero encontrar su propio camino para hacer cada vez más zonas libres de coches. El paso más fácil, sin embargo, sería endurecer las normas en las zonas medioambientales.