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Un invento revolucionario

Un nuevo invento podría revolucionar la conducción con hidrógeno. Los anteriores propulsores de hidrógeno no son prácticos, sobre todo para vehículos pequeños. El llamado Powerpaste resuelve el problema del espacio y pronto podría servir para impulsar vehículos eléctricos con pilas de combustible en ciudades limpias.

La llamada pasta energética, desarrollada por el Instituto Fraunhofer de Tecnología de Fabricación y Materiales Avanzados IFAM de Dresde, es un rayo de esperanza como suministrador de energía para vehículos con pilas de combustible. La masa gris de consistencia similar a la de un pudin no parece especialmente espectacular, pero podría revolucionar la automoción en un futuro próximo.

Los científicos llevan muchos años investigando la propulsión por hidrógeno de vehículos con pilas de combustible. Especialmente en el caso de los camiones, para los que los motores eléctricos alimentados por baterías no tienen suficiente autonomía, el hidrógeno parece ser el medio elegido. Para los coches pequeños, en cambio, el hidrógeno ha parecido hasta ahora inadecuado porque almacenar la propulsión requiere normalmente altas presiones o bajas temperaturas y, por tanto, grandes depósitos. No así la pasta energética.

La pasta energética se produce a unos 350 grados centígrados y de cinco a seis bares de presión a partir de polvo de magnesio e hidrógeno con la adición de éster y sal metálica. El resultado es una sustancia estable que puede transportarse en un pequeño cartucho incluso en los vehículos más pequeños, como los e-scooters. Con la adición de agua, la pasta energética se convierte en hidrógeno, que suministra energía a la pila de combustible. Los productos residuales no son ni polvo fino ni óxidos de nitrógeno, sino hidróxido de magnesio, una sal incolora que puede reutilizarse para la producción de la pasta energética. Al mismo tiempo, se genera calor que podría utilizarse para la calefacción interior de vehículos cerrados.

El rendimiento energético de la pasta gris también es esperanzador. "Es muy superior al de un depósito a 700 bares de presión. En comparación con las baterías, tiene incluso diez veces más densidad de almacenamiento de energía", afirma un científico del IFAM. Además, en comparación con los coches eléctricos que funcionan con baterías, no es necesario recargarlos.

La producción de la pasta se ensayará a finales de año para aclarar cuestiones sobre la producción industrial y los costes de la novedosa sustancia. Sin embargo, un kilo de pasta energética no debería costar más de 2 ó 3 euros.

Para las zonas ecologistas de Europa, la pasta de potencia no significa todavía un suspiro de alivio, pero podría impulsar el mercado de vehículos sin emisiones en los próximos años, sobre todo en el caso de los coches pequeños. Así que quizá dentro de unos años no conduzcamos con electricidad del enchufe, como pensábamos, sino con pasta gris.