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Los e-buses fallan con el frío

Las gélidas temperaturas de Berlín están causando problemas a los e-buses. En los últimos días se han ido averiando cada vez más, a pesar de que, según el fabricante, las baterías debían resistir el frío. Los autobuses han tenido que ser sustituidos por autobuses diésel.

El frío azota el norte de Alemania. Los autobuses eléctricos de la Berliner Verkehrsbetriebe (BVG) también lo están sufriendo. El pasado lunes, 23 de ellos se averiaron durante el trayecto y tuvieron que ser sustituidos por otros autobuses, a menudo de combustión. Las baterías de los autobuses, que antes se cargaban como de costumbre, simplemente se agotaron.

Incluso con temperaturas normales, los e-buses de la BVG sólo se utilizan en trayectos cortos por el centro de la ciudad, ya que la autonomía no es suficiente para viajes más largos por la capital. A 10 grados bajo cero, los autobuses deberían tener una autonomía de 130 kilómetros. Por eso, conductores y pasajeros se llevan a menudo sorpresas desagradables cuando las baterías de los autobuses se agotan a mitad de trayecto.

En efecto, las baterías de los autobuses y coches eléctricos sufren las bajas temperaturas. Según los expertos, la autonomía puede reducirse hasta un 30% con frío. Como la electricidad también se utiliza para calentar el interior de los vehículos, no sólo se ve afectada la capacidad de las baterías, sino que se consume más energía que en verano. Además, el tiempo de carga de los vehículos se alarga en invierno.

BVG está en conversaciones con el fabricante de los autobuses para encontrar una solución. Sorprende, sin embargo, que los autobuses berlineses se averíen a la primera nevada, cuando los autobuses eléctricos llevan años circulando sin problemas en países escandinavos como Noruega, por ejemplo. Así que la tecnología debería estar preparada para condiciones algo más duras en las carreteras. Tal vez los fabricantes simplemente no esperaban que pudiera nevar en Alemania o que la BVG no planificara el tiempo de carga prolongado.

Queda por ver si la mala experiencia hará retroceder aún más a BVG en su conversión a los autobuses eléctricos. En Berlín sólo hay 137 autobuses eléctricos. Frente a los 1.400 autobuses diésel que contaminan las calles de la capital.

Así que no habrá movilidad verde en Berlín.