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Escándalo de las emisiones: el fabricante de automóviles, de nuevo ante los tribunales

En Estados Unidos, el Grupo VW ha sufrido una derrota legal a causa del Dieselgate, que podría costarle miles de millones. En Alemania, los clientes que quieran emprender acciones legales contra Daimler a causa de las llamadas lunas térmicas probablemente tengan malas cartas.

Ayer martes, el Grupo VW sufrió una derrota probablemente costosa en Ohio, Estados Unidos. El Tribunal Supremo de Ohio dictaminó que el propio Estado puede imponer sanciones contra el fabricante de automóviles, aunque el asunto ya se haya resuelto a nivel federal en Estados Unidos. Esta decisión también podría tener un efecto de señal para que otros estados tomen nuevas medidas contra VW por el escándalo de las emisiones.  

VW ya tuvo que pagar fuertes multas a nivel federal en virtud de la Ley de Aire Limpio. La empresa automovilística alemana quiere ahora acudir al Tribunal Supremo, la más alta instancia judicial de EE.UU., para impugnar la decisión del tribunal de Ohio. Otros tribunales estadounidenses, a diferencia del de Ohio, ya se habían pronunciado anteriormente contra las sanciones impuestas por los distintos Estados. Así que la decisión del Tribunal Supremo está abierta. Si efectivamente se impusieran sanciones a VW por estados individuales, los costes ascenderían a miles de millones.  

En Alemania, mientras tanto, hay malas noticias para los demandantes contra la empresa automovilística Daimler. Según el Tribunal Federal de Justicia (BGH), tienen pocas posibilidades de indemnización en el caso de las ventanas térmicas. Las ventanas térmicas son dispositivos de software que regulan a la baja la depuración de los gases de escape cuando el motor no está a la temperatura óptima para realizar la depuración. Esto se hace para proteger el motor y el catalizador. Sin embargo, las ventanas térmicas también pueden utilizarse para bajar la depuración de los gases de escape durante un periodo de tiempo más largo con el fin de ahorrar combustible o aumentar el rendimiento del vehículo. En este caso, las emisiones del vehículo son significativamente superiores a las declaradas.  

Según el Tribunal Supremo Federal, las posibilidades de los demandantes contra los cristales térmicos son escasas, ya que primero habría que demostrar que el fabricante de automóviles engañó deliberadamente al público. Sin embargo, actualmente no está probado que los empleados de Daimler utilizaran deliberadamente el software y consintieran la violación de la ley.  

Las ventanas térmicas demuestran que, incluso después del Dieselgate, las empresas automovilísticas siguen manipulando las emisiones de los vehículos, o al menos no las revelan completamente. Es comprensible, por ejemplo, que el motor deba protegerse en determinadas condiciones, como el frío extremo. Pero el hecho de que no se informe a los clientes sobre las emisiones reales debe ser castigado por el tribunal. De lo contrario, los vehículos supuestamente limpios seguirán causando muchas más emisiones de las declaradas y provocando un aire viciado y la superación de los valores límite en las ciudades. Todos conocemos las consecuencias de esto: zonas ecológicas, zonas de prohibición de conducir diésel y más y más restricciones.