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Arabia Saudí proyecta una zona medioambiental de 170 km

Se va a construir una ciudad verde de millones de habitantes en el Mar Rojo, donde no hay carreteras convencionales y los coches están totalmente prohibidos. El proyecto es controvertido, pero podría ser un modelo para dar un giro a la movilidad también en las grandes ciudades europeas.

Dentro de unos meses, se construirá sobre la tierra: La Línea, una metrópolis de millones de habitantes. Se construirá en el Mar Rojo, al noroeste de Arabia Saudí, en la frontera con Egipto y Jordania, y tendrá 170 km de largo, aproximadamente el tamaño de Bélgica. La particularidad: los habitantes de la ciudad podrán llegar a todas las instalaciones de la vida cotidiana en cinco minutos a pie. Los coches están totalmente prohibidos en la ciudad. Los desplazamientos dentro de la ciudad a otras zonas a las que no se pueda llegar a pie serán posibles gracias al transporte de alta velocidad. El viaje por la ciudad durará un máximo de 20 minutos. Los trenes circularán bajo tierra y la ciudad será peatonal.

El proyecto ha suscitado muchas críticas, ya que se ha desplazado a personas que antes vivían en la zona para llevar a cabo el plan. También es probable que la propia ciudad se convierta en un hogar para los superricos y los turistas, pero no tendrá sitio para las mismas personas que vivían allí antes.

Entre otras cosas, la ciudad tendrá una luna artificial, playas que brillarán en la oscuridad y taxis voladores controlados por drones. Todo esto parece demasiado futurista. Si tenemos en cuenta que las ciudades europeas llevan años luchando por prohibir los viejos motores diésel en el centro de las ciudades.

No obstante, la idea de una metrópolis sin coches puede considerarse innovadora para otras ciudades. El proyecto demostrará en primer lugar si el concepto de ciudad sin coches es realmente posible y si podría trasladarse también a las ciudades europeas. ¿Cómo se transportan las mercancías, cómo se mantienen las infraestructuras? En The Line, muchas cosas van a ser asumidas por la inteligencia artificial. Incluso el concepto de poder hacer todas las cosas importantes para la vida diaria en cinco minutos suena ilusorio al principio. Para ello tendría que haber un gran número de escuelas y guarderías, consultas médicas de todo tipo y farmacias, pero también tiendas y restaurantes e instalaciones culturales. Esto reduciría al mínimo los desplazamientos dentro de las ciudades.

La Línea podría demostrar cómo deberían ser las ciudades en las que la gente ya no depende del coche. Pero aún queda mucho camino por recorrer hasta entonces, y en las ciudades europeas nos seguirán acompañando las zonas ecológicas y las prohibiciones de circular con diésel para conseguir que los centros urbanos sean, al menos, un poco más verdes.