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¿Pueden los e-combustibles salvar los motores de combustión?

La nueva norma Euro 7 prohibirá los motores de combustión a partir de 2025. Se supone que un combustible sintético respetuoso con el clima y que pueda utilizarse en motores de combustión interna salvará al motor tradicional. Pero la producción y los costes plantean problemas.

La empresa automovilística alemana Porsche es conocida por sus tradicionales coches deportivos. Sin embargo, éstos están amenazados de un final abrupto junto con los motores de combustión. Para salvar sus emblemáticos runabouts, como el Porsche 911, la empresa está recurriendo al e-combustible. Un combustible sintético que podría mantener vivos los mil millones de motores de combustión que circulan por las carreteras.

El e-fuel se produce con la ayuda de electricidad renovable e hidrógeno. En el proceso, el hidrógeno se combina con dióxido de carbono, que se extrae de los gases residuales industriales o del medio ambiente. Así se produce gasóleo, gasolina o gas sintético, que suele ser biodegradable. Los vehículos con motores de combustión pueden utilizar este combustible como de costumbre. Por tanto, la conducción con e-fuel no requiere una nueva estructura de recarga. Basta con repostar en las gasolineras existentes.

El problema del combustible: para que un vehículo funcione con e-fuel se necesita hasta cinco veces más energía que con un coche eléctrico. Sólo un 13% de la energía puede ser utilizada realmente por el vehículo. Además, la producción del combustible sólo es realmente respetuosa con el clima cuando hay un excedente de electricidad verde. Es cierto que las emisiones de un vehículo eléctrico son inferiores a las de un motor de combustión. Pero si se utiliza carbón o gas natural en la producción de electricidad, no se puede hablar de una alternativa respetuosa con el clima a los combustibles convencionales. El precio de los e-combustibles también es motivo de preocupación. La producción de un litro en una planta piloto apoyada por Porsche en Chile cuesta nada menos que 10 dólares.

Así, mientras Porsche confía en los e-combustibles para mantener vivo el motor de combustión, la empresa matriz VW quiere alejarse ahora del motor tradicional. El propio CEO de Porsche, Oliver Blume, tampoco ve alternativa al motor eléctrico para alcanzar los objetivos del Acuerdo del Clima de París, pero aparentemente no quiere renunciar por completo al motor de combustión interna.

El e-combustible podría ser una buena noticia para las numerosas zonas medioambientales de Europa. Si cada vez más motores de combustión existentes circulan por las carreteras con menos emisiones, la calidad del aire también mejoraría y, por tanto, se haría innecesaria una normativa más estricta. Sin embargo, si el combustible tuviera que producirse con tormenta sucia en Chile, por ejemplo, esto dejaría un sabor amargo en la boca.