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Stuttgart: la prohibición de circular con diésel tiene éxito

Debido a sentencias judiciales por exceso de dióxido de nitrógeno, Stuttgart tuvo que introducir prohibiciones de circulación de diésel en enero de 2019: Desde entonces no se permite la entrada a vehículos con Euro 4 o inferior. En el centro de la ciudad de Stuttgart y en los distritos de Bad Cannstatt, Feuerbach y Zuffenhausen, se aplica un régimen aún más estricto desde julio de 2020: en algunas carreteras de allí, solo se permite circular a los Euro 5 y superiores.

Sólo el debate sobre la prohibición de circular con diésel ha provocado que haya unos 75.000 diésel antiguos menos en la carretera. Sin embargo, esto no ha provocado una disminución general de vehículos, sino todo lo contrario: el parque ha aumentado en 35.000 coches, precisamente con otros combustibles. Como muchos de los coches de nueva matriculación son también diésel modernos, Stuttgart tiene ahora uno de los parques de diésel más modernos del país. En ningún otro lugar de Baden-Württemberg se han matriculado más coches diésel que en Stuttgart. A pesar de ello, los niveles de dióxido de nitrógeno en carreteras muy transitadas como la Neckartor han descendido. Allí todavía se midieron 71 microgramos como media anual en 2018, solo 53 microgramos en 2019 y, finalmente, solo 36 microgramos en 2020. El valor límite que no se puede superar es de 40 microgramos.

Podemos ver los efectos positivos que puede tener la prohibición de conducir con diésel. Pero, por supuesto, no debemos olvidar que, de todos modos, durante la pandemia circulaban menos vehículos, por lo que será interesante ver si el descenso del dióxido de nitrógeno continuará en los próximos meses, cuando el tráfico vuelva a la normalidad.

Otras ciudades de la región tienen menos suerte en la reducción de contaminantes. En Ludwigsburg, al norte de Stuttgart, las medidas no han tenido tanto éxito. Allí se registró un valor de 47 microgramos en la concurrida Schlossstraße, en el centro de la ciudad. Aquí también están prohibidos los motores diésel de Euronorma 3 e inferior. Además, en Ludwigsburg se instalaron pilares para filtrar el dióxido de nitrógeno. Pero, desgraciadamente, la contaminación sólo bajó mínimamente a 45 microgramos por metro cúbico de aire, y eso a pesar de que también se introdujo un límite de velocidad de 40 km/h. Ahora la cuestión para la ciudad es si serían útiles más columnas filtrantes o si habría que introducir un límite de velocidad de 30 km/h.

Así que no hay remedios patentados, aunque prohibir los vehículos diésel viejos es sin duda la forma más eficaz de reducir la contaminación atmosférica.