¿Por qué hay zonas medioambientales?

Los contaminantes atmosféricos más conocidos son probablemente las partículas, el dióxido de nitrógeno y el ozono. El gobierno ha fijado valores límite para ellos. La concentración de contaminantes debe permanecer por debajo de estos límites para proteger a los ciudadanos.

Las partículas son materia en suspensión de distintos tamaños. Así, en función de su diámetro, se distingue entre PM10 (partículas de hasta 10 micrómetros de diámetro), PM2,5 (hasta 2,5 micrómetros) y PM0,1 (partículas de menos de 1 nanómetro). Un micrómetro, por cierto, es la millonésima parte de un metro. Escrito, tendría 5 ceros después del punto decimal, como 0,000001 metro. Por tanto, las partículas son inimaginablemente pequeñas e invisibles a simple vista. El polvo fino puede crearse a partir de distintos materiales. En la naturaleza, por ejemplo, se presenta en forma de arena y aerosol marino. Los procesos de combustión, como los de los coches, producen hollín, que también puede disolverse en el aire en forma de polvo fino. La abrasión de los frenos de los coches también produce polvo fino procedente de sustancias metálicas. El polvo fino puede causar irritación e inflamación en las vías respiratorias y los pulmones.

El dióxido de nitrógeno es emitido principalmente por los vehículos diésel y, cuando los niveles de contaminación son elevados, se plantea repetidamente la cuestión de la prohibición de circular con diésel. El dióxido de nitrógeno, compuesto por un átomo de nitrógeno y dos de oxígeno, puede causar directamente irritación de las vías respiratorias y las mucosas cuando se inhala. El monóxido de nitrógeno, compuesto de nitrógeno con una sola molécula de oxígeno, es una molécula precursora del ozono.

El ozono, compuesto de tres átomos de oxígeno, también es muy peligroso para la salud y provoca inflamación de las mucosas y dificultades respiratorias. Se desarrolla a partir de sustancias precursoras y bajo la influencia de la energía, como la radiación solar. Por eso, el ozono es un problema sobre todo en los días calurosos y soleados.

Todos estos contaminantes tienen algo en común: penetran profundamente en los pulmones, donde dañan el tejido humano. Todos ellos son extremadamente reactivos y forman rápidamente los llamados radicales libres. Estos, a su vez, reaccionan con componentes del cuerpo humano, por ejemplo con enzimas, bloques de construcción de proteínas y ácidos nucleicos como nuestro ADN. Dado que las pequeñas partículas también pueden pasar a la sangre, la contaminación atmosférica puede afectar no sólo a los pulmones, sino también a órganos como el corazón y el cerebro. Un gran número de enfermedades cardiovasculares se han atribuido a la contaminación atmosférica.

Investigaciones recientes también han centrado la atención en los microplásticos disueltos en el aire. El tráfico es uno de los principales responsables de la presencia de microplásticos en el aire, principalmente por la abrasión de los neumáticos y los frenos. Si el concepto de contaminantes atmosféricos se define de forma más amplia, también puede añadirse el ruido. El ruido generado por las motos y los vehículos tuneados se transmite por el aire y perjudica la salud humana. En Außerfern (Austria) ya se ha establecido una zona medioambiental contra los motoristas ruidosos para proteger a los residentes del ruido.

Por cierto: que se cumpla un determinado valor límite no significa que el aire esté "limpio". Porque "limpio" es una cuestión de definición. Las opiniones difieren sobre la cantidad de contaminantes perjudiciales para la salud. Aunque el aire de muchas metrópolis asiáticas es a veces unas 10 veces más sucio que el nuestro, la Organización Mundial de la Salud considera que incluso nuestros niveles son perjudiciales para la salud.

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