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Las prohibiciones de circulación en Fráncfort, cada vez más cerca

Es probable que Fráncfort tenga que acostumbrarse a las prohibiciones de conducir, como ha vuelto a confirmar el Tribunal Administrativo de Hesse.

Son días difíciles para la metrópoli bancaria del Meno. El proyecto a punto de expirar del terraplén del Meno sin coches es objeto de críticas y regodeo por parte de la opinión pública. Pero esta derrota no es suficiente, porque el Ministerio de Medio Ambiente de Hesse ha confirmado ahora la actualización del plan de aire limpio. El borrador de la futura hoja de ruta se expondrá al público durante un total de seis semanas a partir de finales de septiembre con el fin de crear más transparencia y, probablemente no menos importante, recuperar la confianza perdida entre la población. El Ministerio de Medio Ambiente reafirmó su ambición de que el procedimiento concluya a finales del presente año civil, tal y como "solicita" la autoridad judicial. 

La sentencia establece que la metrópoli y el estado de Hesse siguen comprometidos a cumplir en 2021 el valor límite europeo de óxido de nitrógeno, que es de 40 microgramos por metro cúbico y está en vigor desde 2010. Sin embargo, tal y como señalaron expertos al Frankfurter Allgemeine Zeitung, el cumplimiento consecuente del valor límite parece difícil o incluso objetivamente poco realista para el bastión de los cercanías. Además, el Gobierno ha dejado hasta ahora completamente abierto si el plan en cuestión se aplica también a los coches de gasolina y diésel más antiguos y podría afectar activamente a estos tipos. En resumen: una gran confusión unida a la incertidumbre sobre el Principal. 
Este juego del escondite y de mantener a los consumidores en la oscuridad, aparentemente intencionado por la ciudad, forma parte de una serie de decisiones erróneas y fracasos relacionados con el tráfico de los que Fráncfort ha sido culpable en el pasado. 

A pesar de tímidas implementaciones como la mejora y renovación de la flota de autobuses locales a modelos con menos emisiones, la ampliación de la red de bicicletas y la ampliación de las plazas de aparcamiento para los viajeros con el sistema de transporte local, la quinta ciudad más grande de Alemania tendrá que resignarse a que las prohibiciones de circulación lleguen inevitablemente y, por tanto, configuren y moldeen el futuro paisaje urbano a largo plazo.  

Es culpa tuya, Fráncfort: deberías aprender de tus errores.