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Viena: el centro sin coches, al borde de la extinción

La capital austriaca lleva meses hablando de una "ciudad sin coches". Pero el viernes estalló la bomba: el proyecto no se hará realidad.

La teniente de alcalde de Viena, Hebein, ni siquiera trató de ocultar su decepción a los medios de comunicación: su proyecto de corazón de un centro de Viena pacificado por el tráfico está en ruinas. Rápidamente se identifica al principal culpable del fracaso: el jefe de distrito del ÖVP, Markus Figl. Antes de que una prohibición de tráfico pueda entrar en vigor y cumplir la legalidad, hay que colocar las señales adecuadas.

¿Sin señales no hay base legal? Había algo... Exactamente, también en la capital alemana se aplazó durante semanas la prohibición de circular con diesel porque no se pudieron entregar e instalar a tiempo las señales correspondientes.

En Viena, la situación es comparable y el planteamiento de los gobernantes es igual de torpe y descabezado que en Berlín. En una reunión celebrada a finales de la semana pasada, Figl, jefe de distrito del ÖVP, recibió los gastos estimados para la activación completa de la "ciudad sin coches", costes de señalización incluidos. De momento, por supuesto, el presupuesto tiene que ser aprobado por el respectivo presupuesto del distrito. Para Figl, el ambicioso proyecto está ahora demasiado a medias y probablemente sea demasiado costoso: "Debido a las muchas ambigüedades que rodean a la ciudad sin coches, la moción no se votará". Una bofetada en la cara del teniente de alcalde Hebein. Esto significa que el plan de convertir el centro de Viena en una ciudad sin coches para mediados de octubre ha fracasado estrepitosamente. Tras recibir la objeción, el alcalde Michael Ludwig tiene la última palabra sobre el asunto.

Sin embargo, queda por ver si cumplirá su palabra o, en el último momento, se desentenderá de su responsabilidad por un centro de la ciudad limpio y, no menos importante, por la salud de los ciudadanos de Viena.