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¿Por fin protección climática para el ferrocarril?

Debido a los objetivos climáticos del Gobierno alemán, el tráfico en Alemania debe reducirse considerablemente en los próximos años. Por ello, el Ministro de Transportes Scheuer quiere una reforma ferroviaria que dé prioridad a la protección del clima. Es una necesidad urgente. Una mayor digitalización y unas infraestructuras modernas contribuirán al cambio de rumbo.

El ministro de Transportes, Andreas Scheuer (CSU), quiere reformar los ferrocarriles para que se comprometan más con la protección del clima. La maximización de beneficios debe dejar de ser la máxima prioridad. Al mismo tiempo, hay que ampliar y digitalizar más la infraestructura ferroviaria.

Las estaciones deben convertirse en centros de movilidad con aparcamientos para bicicletas, estaciones de carga para coches eléctricos y estaciones de llenado de hidrógeno para autobuses y trenes. Scheuer fija todos estos objetivos para la próxima legislatura. Debido a la pandemia de Corona, no le habría sido posible iniciar estos cambios. Los ferrocarriles habían recibido ayuda del Estado durante la pandemia.

Pero incluso después de la pandemia, es probable que la aplicación del fantástico plan de Scheuer resulte difícil. Los ferrocarriles llevan años trabajando en la electrificación de la red de rutas. Entre 2005 y 2010, sin embargo, sólo se electrificó una media del 0,4% de la red. Los ferrocarriles presumen de que el tráfico de larga distancia -una proporción bastante pequeña de las rutas- funciona con electricidad verde. Al mismo tiempo, cerca de dos tercios de las locomotoras siguen funcionando con diésel, que no se han modernizado desde hace años y contaminan el aire sin restricciones, mientras que los coches diésel están regulados desde hace tiempo por zonas medioambientales y se enfrentan a normas cada vez más estrictas. Al mismo tiempo, Deutsche Bahn cierra cada vez más partes de su red, sobre todo en ciudades pequeñas donde el negocio no es lucrativo. Además, los precios de Deutsche Bahn suelen ser enormemente altos, en comparación con los viajes en autobús de larga distancia, un coche de alquiler o incluso en avión. Esto es fatal para la protección del clima.

Así que una reforma no sólo es necesaria, sino que debería haberse hecho hace tiempo. No sólo tendrá que consistir en la digitalización y la modernización de las estaciones, sino sobre todo en sacar de los raíles los viejos y sucios vehículos y apostar por propulsiones con energías renovables, reactivar la red ferroviaria incluso en lugares donde puede no ser rentable económicamente para que la gente de allí no dependa del coche, y hacer que los precios sean tan asequibles que el ferrocarril sea una alternativa seria.

Queda por ver si el ferrocarril podrá algún día contribuir realmente a la protección del clima para dar un giro al transporte. En cualquier caso, Scheuer deja a su sucesor un montón de responsabilidades que eludió durante su mandato.