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Mejora de la calidad del aire gracias a los nuevos carriles bici

Desde hace algún tiempo, han ido apareciendo nuevos carriles bici en las aceras de Berlín. A finales de abril de 2020, la Kantstraße de Charlottenburg, una de las tangentes más importantes hacia el oeste de la ciudad, también recibió un carril bici emergente. Ahora se han evaluado los resultados, con cifras asombrosas.

Para construir rápidamente carriles bici emergentes, hay que cambiar algunas cosas. Las plazas de aparcamiento que se han suprimido se han trasladado al centro de la calzada. Los coches aparcan ahora en una franja entre el carril transitado y el carril bici. Ahora, por primera vez, se ha evaluado el impacto de este nuevo carril bici en el conjunto del tráfico. El resultado es alentador: según la Ayuda Alemana al Medio Ambiente (DUH), el tráfico de vehículos de motor en la Kantstraße ha disminuido un 22%. El número de bicicletas, en cambio, ha aumentado de 1500 a 5100 al día desde su introducción, más del triple.

Barbara Metz, de DUH, también ve ventajas para los peatones, ya que disminuye el peligro que suponen los ciclistas en la acera para los usuarios más débiles. También se ha reducido la contaminación por dióxido de nitrógeno: Antes de la introducción de los carriles bici se medían entre 33 y 35 µg/m³, ahora sólo entre 21 y 25 µg/m³.

Ya están previstos nuevos carriles bici de este tipo en la capital alemana. Actualmente se están recogiendo datos para Kottbusser Tor/Damm, Frankfurter Allee, Hermannstraße y Tempelhofer Damm, entre otros.

Está por ver si más carriles bici emergentes reducirán la contaminación del aire de Berlín en su conjunto y evitarán así nuevas zonas ecológicas y prohibiciones de circulación.