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La UE declara la guerra a los chapuceros

A partir de hoy entra en vigor en toda la UE una nueva ley que se supone dificultará o impedirá casos de fraude como el escándalo del diésel.

El año 2015 y el llamado escándalo Diesel-Gate están inevitablemente vinculados. El caso de fraude internacional, en el que se falsificaron deliberadamente valores de emisiones de gases de escape en pruebas a gran escala, sacudió al sector como un terremoto: la pérdida de confianza sigue pesando inmensamente hoy en día. Hace poco se supo que el grupo Volkswagen también había instalado un software similar en sus coches de gasolina Audi (informamos), que influía en los valores y modificaba positivamente el resultado de las pruebas. Pero ahora parece que la Comisión de la UE finalmente ha tenido suficiente; están al final de su paciencia, según informan desde el Parlamento. Ya en 2018, Bruselas prometió hacer algo contra estas manipulaciones. Sin embargo, según los críticos, estos intentos fueron demasiado tímidos en ese momento, pero ahora hay movimiento en el asunto.

A partir de hoy (1 de septiembre de 2020), los vehículos nuevos serán sometidos a controles más intensivos antes de ser matriculados en el mercado europeo; además, también habrá pruebas aleatorias después. En caso de infracción, Bruselas amenaza con una multa de 30.000 euros - por vehículo. 
Pero para algunos políticos, eso no es suficiente. "Estas nuevas normas son buenas e importantes, pero desgraciadamente los problemas fundamentales vuelven a no abordarse. Esta normativa propensa al abuso seguirá adelante", afirma el vicepresidente del Bundestag, Oliver Krischer. 

Las próximas semanas mostrarán la dureza y eficacia de la ley. La palabra de fuerza de Bruselas llega en uno de los momentos más oscuros de la industria automovilística. El Parlamento debe demostrar ahora lo seria que es Bruselas, ante los ojos del mundo entero.