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Hamburgo, ¿pronto la mayor zona sin coches de Alemania?

Una iniciativa quiere convertir el barrio hamburgués de Eimsbüttel en una "habitación infantil en la calle". Los peatones tendrán prioridad y los coches sólo podrán circular a 10 km/h. Así es como el distrito planea sus propias prohibiciones de circulación.

La iniciativa "Curso Ciudad de la Bicicleta" planea algo grande en el barrio de Eimsbüttel de Hamburgo: los coches dejarán paso a las personas. La iniciativa se inspira en ciudades como Barcelona y París, donde muchas calles ya están libres de coches y los peatones y ciclistas las reclaman poco a poco.

Según la iniciativa, se crearán calles lúdicas y espacios verdes en torno a la calle Rellinger Straße de Hamburgo-Eimsbüttel. Se ampliarán los carriles bici. El tráfico rodado se sustituirá en gran medida por servicios alternativos. La iniciativa pretende transformar el barrio en una "sala infantil en la calle". En esta sala será posible realizar una gran variedad de actividades en calles que actualmente están dominadas por los coches. Los niños podrán jugar, la gente podrá sentarse en bancos, y todo ello bajo los árboles y en los parques. Además, el aire limpio y la reducción del ruido de los coches deberían contribuir a aumentar la calidad de vida.

Hamburgo, una de las pocas grandes ciudades de Alemania, sigue funcionando sin zona medioambiental. Sólo dos calles muy transitadas tienen prohibida la circulación de vehículos diésel para los modelos más antiguos. La iniciativa no pide una zona verde medioambiental en el centro de la ciudad, como las que existen en la mayoría de las grandes ciudades alemanas, sino que adopta un enfoque mucho más radical y planifica su propia zona sin coches.

A diferencia de los modelos Barcelona y París, a Hamburgo, como a muchas otras ciudades alemanas, le queda mucho por hacer en materia de movilidad alternativa. En las grandes ciudades, los carriles bici suelen ser deficientes; en el caso de Hamburgo, así lo demostró también la Prueba del Clima para Bicicletas de la ADFC. Alemania es el país de los coches, la industria alemana clave con marcas como VW, Mercedes y BMW ha conformado nuestro amor y orgullo por los automóviles cada vez más a lo largo del último siglo.

Mientras muchas personas, sobre todo jóvenes y familias, reclaman más espacio para carriles bici, parques y zonas de recreo, otros ciudadanos están muy apegados a sus coches. Ya sea por razones de necesidad, de prestigio o por la diversión de conducir. Esto divide a la sociedad.

Sólo cuando la política alemana aborde este problema y comprenda que el coche sigue siendo en parte necesario, pero que los habitantes de las grandes ciudades también sufren por el dominio del coche, incluso enferman por ello, podrá cambiar algo. En Barcelona, las zonas sin coches ya han dado a los ciudadanos unos 200 días más de vida. Al igual que allí, en Alemania las carreteras de paso podrían seguir perteneciendo a los coches, pero las calles laterales podrían convertirse en oasis de esparcimiento.

Para lograrlo, sin embargo, los políticos tendrían que renunciar en cierta medida a su amor por la industria automovilística alemana. Quizá Eimsbüttel pueda convertirse en una ciudad modelo y mostrar cómo podría ser la movilidad del mañana en Alemania.