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EURO 7: un exceso para los motores diésel y de gasolina

La nueva norma Euro entrará en vigor en 2025 y podría desterrar de las carreteras europeas muchos motores de combustión actuales.

El ambicioso Pacto Verde de la Unión Europea también afecta a la industria automovilística. En 2025 se introducirá la norma de emisiones Euro7, que reducirá drásticamente los valores de emisiones permitidos. Así, un vehículo nuevo sólo podrá emitir 30 mg/km de óxido de nitrógeno. En un escenario aún más estricto, el límite será de tan sólo 10 mg/km. Hasta ahora, los valores límite eran aproximadamente el doble, es decir, 60 mg para los coches de gasolina y 80 mg para los vehículos diésel para el óxido de nitrógeno. El monóxido de carbono también se reducirá considerablemente: de hasta 1.000 mg a 300 y 100 mg, respectivamente.

Además, las mediciones en las que deben cumplirse estas emisiones también se miden en la denominada prueba de emisiones en conducción real (RDE) con el acelerador a fondo continuo y en una amplia gama de condiciones de temperatura y altitud. Incluso una gran variedad de cargas, como cofres de techo y portabicicletas, no deben provocar emisiones que superen el máximo permitido. Un coche también tendría que ser capaz de cumplir los límites durante una vida útil de 15 años o hasta 240.000 km.   

La industria automovilística debe aplicar ahora estas normas que suenan utópicas. Por tanto, la industria automovilística deberá desarrollar nuevas tecnologías e invertir mucho más dinero para que los nuevos vehículos cumplan las directivas. Los costes adicionales repercutirán sin duda en los clientes. Como consecuencia de la nueva normativa, la industria podría volver a centrarse en los motores de combustión interna, lo que es contraproducente tanto para el medio ambiente como para la competitividad de la industria en la comparación internacional. Y aunque la nueva norma Euro no prohíba automáticamente la circulación de los vehículos Euro5 y Euro6, las normas de las zonas medioambientales podrían endurecerse mucho más rápido. 

Así pues, la decisión de la UE sobre la nueva norma de emisiones parece bienintencionada, pero sin pies ni manos, y podría perjudicar a la industria, los consumidores e incluso el medio ambiente. Cómo afectará a las normas de las zonas de bajas emisiones en los próximos años, podrá averiguarlo con nosotros, por supuesto.