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Después de las zonas medioambientales vienen las zonas de protección acústica

Un nuevo tipo de zona hace que la gente se levante literalmente y preste atención: las zonas de protección acústica.

Las zonas medioambientales, creadas contra la contaminación atmosférica (polvo fino/NOx) y existentes en Europa desde hace varios años, ya son conocidas por el gran público. Ahora viene el siguiente nivel: las zonas de protección contra el ruido.
Las zonas de protección contra el ruido, como su nombre indica, tienen por objeto evitar o reducir el ruido. Se trata sobre todo del ruido provocado por el tráfico y los vehículos particulares. En principio, ya existen límites oficiales de decibelios para la nueva matriculación de un vehículo, que no pueden superarse. En este proceso, el nivel de ruido se determina durante el llamado "drive-by acelerado" y en condiciones de laboratorio. El vehículo a ensayar se acelera de modo que circula a 50 km/h en medio de una pista de ensayo de 20 metros. A continuación, el vehículo acelera aún más. En la mayoría de los casos, sin embargo, no alcanza más de 80 kilómetros por hora. La marcha y la velocidad están predefinidas en función del modelo. Todos los valores de decibelios medidos dentro de los 20 metros cuentan para la prueba. Sólo se toma el valor más alto medido dentro de la distancia. Hasta aquí la teoría. Los valores límite están entre 70 y 78 decibelios. 

Por desgracia, esto tiene poco que ver con la realidad de la carretera. Cualquiera que haya observado o escuchado alguna vez un vehículo acelerando a fondo en el tráfico sabe que no sólo se supera en 500 veces el nivel de ruido percibido, sino también el medido de forma demostrable. Un vehículo puede hacer tanto ruido en la carretera como 500 vehículos del mismo tipo en condiciones de laboratorio: ¡una locura! Sin embargo, el ruido es cualquier cosa menos inofensivo. Al igual que el polvo fino y el óxido de nitrógeno atacan nuestros pulmones y nuestra circulación sanguínea, el ruido reduce la capacidad de concentración, desencadena el estrés y aumenta enormemente el riesgo de infarto. El estrés aumenta la producción de las hormonas adrenalina, noradrenalina y cortisol. Éstas provocan un aumento de la presión arterial y una aceleración del ritmo cardíaco. Los expertos calculan que unas 4.000 personas mueren cada año a causa del ruido de la carretera.
Según una encuesta realizada por la Agencia Federal de Medio Ambiente en 2012, nada menos que el 50 % de la población se siente muy perturbada o molesta por el ruido del tráfico rodado en su entorno vital. Precisamente por estos motivos, Austria, o más concretamente la provincia de Tirol, ha establecido una zona de protección contra el ruido en la región montañosa de Außerfern. Desde el 10 de junio de 2020, las motocicletas especialmente ruidosas con un ruido estacionario registrado de 95 decibelios ya no pueden circular por la zona. En caso de infracción, cabe esperar una multa de 220 euros. Según Christoph Lechner, experto estatal en ruido, la prohibición afecta a alrededor del 7% de todas las motos matriculadas.
Otros países, como Alemania, ya prevén zonas similares.  Muchos motociclistas, pero también otros motoristas con motores más grandes, que se ven afectados por este nuevo tipo de zonas, se ven expuestos una vez más al capricho y la arbitrariedad del legislador y están dando la voz de alarma en toda Europa a través de los medios de comunicación. 
Para muchos, la zona de ruido y su normativa no son más que otro intento descarado de amedrentar al consumidor y extraerle una vez más dinero de su bolsillo.

¿Estafa codiciosa o realmente justificada?