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Adiós al polvo fino: para el conductor, no para el medio ambiente

Las partículas en suspensión son un grave problema para la salud humana. Mercedes aborda el problema y anuncia su último modelo con filtros para un aire limpio. Pero no para las emisiones del exterior del vehículo, sino para el confort del conductor en el interior.

En tiempos de Corona, la calidad del aire es un tema especialmente importante. El nuevo Mercedes EQS cuenta ahora con un filtro de aire HEPA como parte de su equipamiento especial "Energizing Air Control Plus", que hasta ahora sólo tenía Tesla. Limpia partículas finas, óxidos de nitrógeno y agentes patógenos como virus y bacterias de la cabina del conductor. Además, el extra "No. 6 Mood Linen" distribuye un agradable aroma a higo y lino por todo el vehículo. Un confort perfecto.

Pero la berlina de lujo totalmente eléctrica, como otros coches eléctricos, tiene un problema. Con una autonomía prometida de 700 kilómetros, el EQS tiene una pesada unidad de batería que genera grandes cantidades de polvo fino a través de fuentes ajenas al escape. Con el desgaste de los neumáticos, las pastillas de freno y la carretera, el vehículo produce al menos tantas partículas como un motor de combustión interna de tamaño comparable.

Este polvo fino se libera sin filtrar al aire ambiente, aunque ya existen posibles tecnologías de sistemas de filtrado, por ejemplo en los frenos, para reducir las emisiones no procedentes de los gases de escape.

En este caso, Mercedes probablemente sólo se ha preocupado de la comodidad del conductor, pero no de la salud de sus congéneres y del medio ambiente. Por cierto, el modelo insignia Vision EQS presentado en el IAA de Fráncfort en 2019 tenía 1.000 LED que brillaban en la parrilla del radiador y luces traseras formadas por 229 estrellas individuales de Mercedes. El nuevo modelo, que pronto estará en el mercado, parece un poco menos futurista, pero no ha perdido nada del confort de su modelo insignia.

En su filosofía, los fabricantes de automóviles alemanes probablemente intentan atajar el problema de las emisiones, también para no quedarse atrás en la comparación internacional. Por eso lanzan al mercado cada vez más coches eléctricos que parecen ecológicos y sostenibles, al menos a primera vista, y también abordan el problema de las partículas en el interior de los vehículos, como en el Mercedes EQS. Sin embargo, la falta de regulación de las emisiones no procedentes de los tubos de escape para mejorar la calidad del aire para las personas y el medio ambiente impide que los vehículos se desarrollen de forma que contribuyan realmente a reducir la contaminación atmosférica en las ciudades.

Es poco probable que los fabricantes de automóviles frenen por sí solos las emisiones de partículas de los e-cars. La tendencia hacia una mayor autonomía también trae consigo vehículos cada vez más pesados que producen cada vez más partículas. Por tanto, urge regular los coches eléctricos, como se hace desde hace tiempo con los vehículos de combustión interna.