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Zonas medioambientales para coches eléctricos

Los coches eléctricos contribuyen masivamente a la contaminación por partículas, pero a diferencia de los vehículos de combustión interna, no están regulados. Las berlinas pesadas y los todoterrenos producen grandes cantidades de partículas nocivas. ¿Se verán pronto amenazados por la prohibición de circular?

Los motores de los coches eléctricos son limpios y silenciosos. Se espera que pronto desplacen de las carreteras a los vehículos con motor de combustión. Pero las emisiones de partículas de los vehículos son motivo de preocupación. Aunque el motor apenas emite partículas finas, la mayor parte de ellas se liberan al aire por las llamadas emisiones no procedentes del escape, es decir, por la abrasión de los neumáticos y las pastillas de freno, así como por la abrasión de la carretera. Entre el 88% y el 98% de las partículas producidas por los coches eléctricos se deben a estas emisiones.

Los coches eléctricos pesados, en particular, contribuyen enormemente a la contaminación por partículas. Las grandes baterías suelen hacer que los coches pesen más que los motores de combustión interna, lo que contribuye a aumentar la abrasión de los pavimentos. Mientras que los coches eléctricos más ligeros, con una autonomía media de 160 kilómetros, emiten entre un 11% y un 13% menos de partículas que los vehículos de combustión interna comparables, los vehículos pesados, con una autonomía de hasta 500 kilómetros, emiten en realidad más partículas que los vehículos de combustión interna: entre un 3% y un 8%. Pero no sólo la batería y la autonomía asociada, sino también la carrocería contribuyen naturalmente al peso. Sin embargo, la tendencia de los coches eléctricos también se dirige cada vez más hacia las berlinas pesadas y los SUV.

Desde hace tiempo, los motores de combustión están regulados por las normas de la Unión Europea. Entretanto, sólo pueden salir al mercado los vehículos que cumplen la última norma Euro, Euro 6, y que, por tanto, no superan un determinado valor límite de emisiones. En 2025 entrará en vigor un endurecimiento aún mayor. Dado que los coches eléctricos no emiten ningún tipo de emisiones mediante procesos de combustión, esta normalización para los coches eléctricos no se consideró necesaria durante mucho tiempo. Ahora, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reclama ese valor límite para regular las emisiones no procedentes de los gases de escape.

El fabricante de neumáticos Michelin ha reconocido el problema y quiere fabricar neumáticos que dejen de producir partículas a partir de 2050. Sin embargo, este objetivo está muy lejos. Hasta entonces, los coches eléctricos probablemente no sean la solución, al menos en lo que respecta a la contaminación por partículas en las ciudades. La forma más rápida de regular los coches eléctricos sería introducir valores límite para ellos y adaptar las zonas medioambientales en consecuencia. De este modo, los coches eléctricos pesados con altas emisiones de partículas podrían quedar excluidos de las zonas medioambientales.