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Ruido de las motos: métodos de medición a prueba

Las motos han estado en el punto de mira de los medios de comunicación como pocas veces en las últimas semanas. Algunos vehículos de dos ruedas son demasiado ruidosos, pero arrecian las críticas al procedimiento de medición de decibelios.

Según las normas de la UE, las motos no deben superar un determinado nivel de ruido. El ruido del motor se mide a altas revoluciones y sobre todo, para algunos no comprensible lógicamente, en parado, por lo que no se puede superar el valor de 80 decibelios. 

Los políticos del Consejo Federal intentan ahora prohibir a los propietarios de motocicletas circular los domingos. Para muchos, entre ellos el ministro de Transportes, Andreas Scheuer, esto equivale a una invasión de la intimidad. El ministro también está en contra de las zonas de protección acústica con el límite de 80 decibelios. 

Evidentemente, el grupo parlamentario de los Verdes intenta ahora llegar a un compromiso. Sin embargo, también piden más responsabilidad personal por parte de los motoristas. Una comunicación más abierta y, por ejemplo, pantallas acústicas que "anuncien una conducción más silenciosa" deberían evitar que el problema del ruido de las motos cobre vida propia. También se están debatiendo nuevos criterios de homologación por parte de los fabricantes para regular el ruido del motor desde la fábrica.

Sin embargo, además de la propuesta de excluir completamente a los motoristas del tráfico dominical, el Consejo Federal ha planteado otra exigencia que parece menos irreal que la propuesta de un domingo santo sin motoristas. El Consejo Federal exige que se aplique legalmente el valor máximo de 80 decibelios en todas las condiciones de conducción, lo que quitaría un poco de confusión a la acalorada discusión, ya que la mayoría de los propietarios de motos no entienden por qué hasta ahora las mediciones sólo se realizan con el vehículo parado.

Paul Lohmar, experto en procedimientos de homologación de motos de TÜV Rheinland, señala que ese valor límite fijo exigido por el Consejo Federal significaría, a la inversa, que "sólo habría motos con motores de gran cilindrada y bajas revoluciones y un máximo de 40 CV".

El debate nos acompañará probablemente durante el verano un tiempo más. Lo que es seguro es que algo tiene que cambiar, es ineludible una reducción del ruido y un procedimiento de medición transparente y lógico para el público.