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Microplásticos: cómo dañan los neumáticos el medio ambiente

Los microplásticos y el polvo fino se liberan en el medio ambiente en grandes cantidades por la abrasión de los neumáticos y entran así en suelos y masas de agua. Todavía no se conocen bien los efectos de los microplásticos en los ecosistemas locales. Los expertos reclaman una mejor tecnología de recogida y conceptos de tráfico más estrictos para reducir la contaminación ambiental.

Las emisiones nocivas de los vehículos y su efecto en la calidad del aire son ampliamente conocidas y ya están reguladas por directivas de la UE. Pero el desgaste de los neumáticos, que también es un problema importante en los coches eléctricos, no sólo produce partículas, sino también grandes cantidades de microplásticos. En Alemania, el año pasado se vendieron unos 48,5 millones de neumáticos de coche, en parte porque muchos de ellos ya no son utilizables debido al desgaste.

Sólo entre el 5% y el 10% del desgaste de los neumáticos acaba en el aire en forma de polvo fino. La mayor parte de los neumáticos acaba en el suelo y el agua en forma de microplásticos. Una parte llega al mar.

El Instituto Federal de Hidrología (BfG) y el Instituto Federal de Investigación de Carreteras (BASt) han investigado ahora dónde y en qué cantidades se deposita el desgaste de los neumáticos en el medio ambiente.  Según sus cálculos, cada año se vierten entre 60.000 y 70.000 toneladas de desgaste de neumáticos al suelo y entre 8.700 y 20.000 toneladas a las aguas superficiales. Mientras que en las ciudades hasta el 95 % de los microplásticos nocivos pueden ser capturados por las depuradoras de aguas residuales, en las zonas rurales las pequeñas partículas se filtran en el suelo y llegan a las masas de agua, donde se depositan en el sedimento. Alrededor del 2 % de los residuos acaban en el mar.

Aunque todavía no está claro cómo afectan exactamente los microplásticos a los ecosistemas, lo cierto es que tarde o temprano pueden incrustarse, por ejemplo, en alimentos que también consumen los seres humanos. Ya se han detectado microplásticos en lechugas y plantas de trigo, así como en peces, y ahora se encuentran en casi todo el mundo.

Por ello, los expertos reclaman mejores sistemas de filtrado para atrapar los microplásticos de la carretera antes de que lleguen al medio ambiente. Los conceptos de tráfico también podrían ayudar a reducir la abrasión de los neumáticos. La empresa Bridgestone ha desarrollado un neumático que se desgasta un 30% menos. El neumático tiene menor resistencia a la rodadura que otros y, por tanto, es más duradero.

También es crucial que las directivas de la UE se amplíen para incluir las emisiones de los coches eléctricos. A diferencia de los motores de combustión interna, éstos aún no están sujetos a ningún límite de emisiones. Las emisiones no procedentes de los gases de escape que entran en el aire, incluidos los microplásticos, tendrían que ser reducidas por la industria hasta tal punto que el medio ambiente y las personas pudieran estar suficientemente protegidos.

Sólo así podrán los coches eléctricos contribuir realmente a un medio ambiente limpio y a la salud humana.