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Londres: ¿la zona de bajas emisiones más cara de Europa?

Se pide a los conductores que paguen otra tasa adicional de 3,5 libras al día para mantener el transporte público fuera de la quiebra. Y ello a pesar de que en Londres ya existe una tasa por congestión y otra por zona de bajas emisiones para los conductores.

La empresa de transporte público Transport for London (TfL) atraviesa tiempos difíciles. Debido a la pandemia de Corona, se han registrado pérdidas del 40% en el año en curso. Los planes para salvar el transporte local van desde el cierre de algunas estaciones, la supresión del metro nocturno y de las "bicicletas Boris" de alquiler, hasta la eliminación de los viajes gratuitos para los pensionistas. Una idea alternativa es introducir una tasa diaria de 3,5 libras para los automovilistas que quieran entrar en la capital inglesa desde fuera de los 33 distritos londinenses.

Esto también es necesario porque el Estado devuelve a los mismos una parte demasiado pequeña de los ingresos generados por los vehículos en la capital, según el alcalde de Londres, Sadiq Khan. Los londinenses pagan cada año unos 500 millones de libras en impuestos especiales sobre vehículos. Sin embargo, son sobre todo las infraestructuras situadas fuera de la metrópoli las que se benefician de ello. Por eso, el mantenimiento de las carreteras londinenses también se financia con los ingresos de TfL. Y como el transporte público se está quedando sin dinero, ahora los conductores de fuera de la ciudad tendrán que contribuir a sostener TfL.

La tasa se cobrará como muy pronto dentro de dos años. Pero ya el año que viene, los automovilistas de la metrópoli inglesa se enfrentarán a novedades: En otoño se ampliará la zona de emisiones ultrabajas en el centro de Londres. El registro antes de entrar seguirá siendo obligatorio también para los turistas. Después de un único aviso, por lo demás, puede salir caro. Las multas ascienden hasta 1160 euros.

La compra única de un distintivo medioambiental facilita comparativamente las cosas a los conductores de Alemania y otros países europeos como Austria o Francia. Incluso las prohibiciones de circular con diésel, que suelen afectar sólo a unas pocas carreteras, siguen siendo una condena leve. Pero si las ciudades no consiguen controlar la contaminación atmosférica y la congestión del tráfico, los automovilistas alemanes, por ejemplo, podrían verse amenazados con tasas por congestión u otras tasas adicionales además de las pegatinas.

Puede encontrar toda la información sobre las zonas medioambientales británicas en nuestro sitio web y, por supuesto, en nuestra aplicación Green Zones.