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Bruselas frena a los automovilistas

Conducir en la capital belga ya no debe ser divertido. La limitación de velocidad en todo el centro de la ciudad es el primer paso para disuadir a los conductores y reducir considerablemente el tráfico.

El paisaje urbano de Bruselas cambiará significativamente de aquí a 2030. En una primera fase, el 90% del centro de Bruselas formará parte de la zona de 30 km/h a partir del 1 de enero de 2021. Solo en algunas vías principales y en la carretera de circunvalación de Bruselas seguirán permitiéndose límites de velocidad de 50 e incluso 70 km/h. La ministra verde de Movilidad, Elke Van den Brandt, ve en esta medida un primer paso para desterrar cada vez más a los automovilistas de la ciudad: "Los conductores de coches ya no deben sentirse bienvenidos en la ciudad".

El año pasado, la ciudad ya había declarado la zona interior del anillo zona prioritaria para peatones y ciclistas. Así, a partir de mayo se aplicó un límite de velocidad de 20 km/h en la zona del centro de la ciudad durante tres meses. En aquel momento, el alcalde de Bruselas, Philippe Close, habló de "vélorution".

En general, el cambio de sentido del tráfico en Bruselas consiste en crear mucho más espacio para los peatones y los carriles bici de aquí a 2030. Hay que calmar el tráfico, sobre todo para reducir los accidentes de tráfico y hacer el aire más limpio para los habitantes de la metrópoli. La policía y las nuevas estaciones de radar aumentarán los controles para complicar la vida a los conductores. Van den Brandt espera reducir el tráfico hasta un 30%.

La tendencia en Bruselas es, pues, clara: ya no se quiere a los conductores de automóviles. El paisaje urbano va a cambiar. Más gente va a ir en bicicleta y a pie. Por tanto, el debate sobre los coches más nuevos, como los Euro6 y los eléctricos, y la prohibición de circular con diésel no juega aquí ningún papel. Queda por ver si la zona de 30 km/h puede provocar el cambio deseado, o si finalmente habrá que introducir medidas más estrictas o incluso zonas sin coches para obligar a los automóviles a abandonar la ciudad. Lo que está claro es que el periodo de gracia para los conductores de automóviles en Bruselas ha terminado.