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Prohibición de circular en moto - El aire se enrarece

El ritmo se endurece. Cada vez con más frecuencia, el debate sobre las prohibiciones de circular a las motos demasiado ruidosas se nos va de las manos: manifestaciones, amenazas, disturbios. ¿Y ahora qué?

Se ha discutido mucho, pero ahora parece vislumbrarse una solución provisional. Varios municipios, entre ellos Stuttgart, quieren declarar la guerra a las motos demasiado ruidosas. Los motoristas se oponen y exigen soluciones que no sean sanciones ciegas. Hace casi quince días, varios miles de motoristas se manifestaron en el suroeste de Alemania contra la prohibición de circular los fines de semana junto con zonas de protección acústica.  
Pero es precisamente aquí donde se demuestra lo contraproducentes que pueden ser a veces las manifestaciones. La gran concentración de motos hizo que muchos residentes y observadores de la escena fueran realmente conscientes de lo ruidosos que pueden llegar a ser los vehículos motorizados de dos ruedas. Por esta razón, más concentraciones podrían causar incomprensión en lugar de aceptación del asunto y proporcionar un terreno fértil para el establecimiento de zonas de protección contra el ruido.
No obstante, los motoristas alemanes siguen contando con el respaldo del ministro de Transportes, Scheuer, pero ¿hasta cuándo?
Sin embargo, parece que la situación se les está yendo de las manos, la cultura del debate se está endureciendo y, al mismo tiempo, se está volviendo más agresiva. Cada vez hay más manifestaciones de motoristas, pero el bando contrario también empieza a organizarse. Recientemente, una residente cerca de Leverkusen, que había hecho campaña a favor de una zona de protección contra el ruido en su pueblo, recibió una carta amenazadora en la que se le aconsejaba que no hiciera campaña a favor del establecimiento de este tipo de prohibiciones de circulación, ya que su compromiso "no serviría necesariamente a su propio bienestar".
Este tipo de cartas amenazadoras muestran de forma impresionante lo poco objetivo y tajante que se está volviendo el debate en muchos lugares. Para muchos, ahora resulta incomprensible la lentitud con la que se inician las zonas de protección acústica.
Ahora se pide a los políticos que encuentren soluciones y, al mismo tiempo, ejerzan más presión sobre los fabricantes para minimizar el ruido de los vehículos de dos ruedas.