Los insectos evitan las flores contaminadas

En la investigación, se sembraron las mismas plantas de mostaza en dos campos, pero uno de ellos se contaminó deliberadamente con ozono y partículas. Las abejas y mariposas liberadas en los campos afinaron sus alas y volaron al campo contaminado con un tercio menos de frecuencia y polinizaron las plantas allí con una frecuencia proporcionalmente menor.

Los científicos argumentan que las flores contaminadas huelen de forma diferente y, por tanto, son menos capaces de liberar olores atrayentes. Pero, por supuesto, el olor no es el único criterio, sino también el color de la planta. Hay insectos, como las moscas planeadoras, que se parecen a las avispas y reaccionan sobre todo al color de los pétalos. Por eso les gusta especialmente volar hacia las plantas de mostaza y lo hicieron en el campo limpio. Las abejas y las avispas verdaderas, en cambio, se sienten atraídas por su olor. Sin olor, los insectos a menudo simplemente vuelven a salir zumbando.

Los resultados son un indicio de lo elevadas que pueden ser las pérdidas de nuestras cosechas si no tomamos otras medidas para polinizar las plantas frutales. La contaminación atmosférica no es sólo un problema que perjudica al cuerpo humano, sino que afecta a muchos ámbitos. Las zonas ecológicas y las prohibiciones de circulación pueden frenar esta evolución, pero no detenerla. Habría que tomar medidas más rápidas y globales.

Theo Zeegers, de la fundación holandesa EIS, que se ha fijado el objetivo de informar e investigar sobre los insectos, añade: "En los últimos 30 años hemos perdido el 80% de la población de insectos debido al nitrógeno y a los venenos agrícolas, pero sobre todo a la intervención humana en el paisaje natural". Y advierte: "No podemos detener el continuo declive de la población de insectos sólo con hoteles para abejas en el jardín". Pero, sobre todo, hay que reducir masivamente la contaminación atmosférica.