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Los ciudadanos piden el fin de los coches de combustión

A dos tercios de los ciudadanos europeos les gustaría ver el fin de los coches de gasolina y diésel. En este sentido, las zonas ecológicas y el auge del coche eléctrico parecen estar provocando un replanteamiento en el que cada vez más gente quiere vivir en ciudades limpias y tranquilas, con espacios verdes y zonas sin coches.

Según un estudio de la organización ecologista Transport & Environment (T&E) con más de 10.000 personas en 15 grandes ciudades europeas, no sólo los políticos anhelan el fin de los coches de combustión. La mayoría de los ciudadanos también reclama un cambio hacia una movilidad más ecológica. Por término medio, el 63% de los encuestados está a favor del fin de los vehículos de combustión interna para 2030. El 29% está en contra y el 8% no tiene opinión al respecto.

La aprobación es mayor en las grandes ciudades del sur. La líder es Roma, con un 77%, seguida de Barcelona y Milán, con un 73%. En Birmingham, Inglaterra, el 67% también votó a favor, en Londres el 65%. En París es el 61%. La aprobación también es alta en Europa del Este: en Budapest es del 72%, en Varsovia y Cracovia del 60%. En Alemania, más de la mitad de los ciudadanos encuestados siguen estando a favor del abandono progresivo de los vehículos de combustión interna. Sin embargo, con un 52% de aprobación en Hamburgo y un 51% en Berlín, las proporciones son menos claras que en muchas otras ciudades europeas.

El auge de los coches eléctricos podría hacer realidad el deseo de los ciudadanos antes de lo que se pensaba. Según el Boston Consulting Group (BCG), más de la mitad de los coches nuevos del mundo serán eléctricos en 2026. Sólo el 47% de los coches nuevos serán entonces vehículos de gasolina o diésel. En 2030, BCG prevé una cuota de mercado de sólo el 11%. No obstante, BCG teme que el sector del transporte no alcance los objetivos del Acuerdo de París sobre el clima, ya que los actuales motores de combustión seguirán circulando por las carreteras durante mucho tiempo.

El estudio de T&E muestra que mucha gente en las ciudades quiere deshacerse de los ruidosos y sucios vehículos de combustión interna. Incluso en ciudades donde ya existen muchas zonas sin coches, los ciudadanos apoyan la idea, por ejemplo en Barcelona y París. Esto demuestra que los conceptos adecuados de alejamiento de los coches pueden funcionar y que el cambio provoca un replanteamiento entre los ciudadanos.

En Alemania, el apoyo es mucho menor que en otros países. Quizá sólo se produzca un replanteamiento cuando la gente experimente por sí misma las ventajas de las zonas de tráfico calmado. Ya existen en la Friedrichstraße y en la Wrangelkiez de Berlín. En Hamburgo, una iniciativa ciudadana quiere que todo un distrito esté prácticamente libre de coches.

Los políticos alemanes deberían escuchar a los ciudadanos y mirar también a otros países para poner en práctica los deseos de la mayoría, aunque sea exigua. Un primer paso sería endurecer las normas de las zonas ecológicas con respecto a los viejos motores de combustión y crear más zonas sin coches. De este modo, también en este país podrían crearse ciudades más verdes y sanas.