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La calefacción de leña es más nociva que los gases de escape de los coches

La calefacción de leña no sólo es criticada desde ayer. Demasiadas partículas, demasiado hollín. Por eso, el Presidente de la Agencia Federal de Medio Ambiente ha pedido que se abandone la calefacción de leña. Las estufas de leña producen actualmente en Alemania más partículas que todos los camiones y coches juntos.

En Alemania hay unos once millones de estufas de leña. Sin embargo, calentar con leña libera muchas partículas, así como óxidos de nitrógeno y otros gases nocivos, y el hollín producido es muy perjudicial para el clima y la salud. Las partículas son responsables de más de 53.000 muertes prematuras al año. La organización alemana de ayuda al medio ambiente DUH parte de la base de que la calefacción con las llamadas estufas de leña es más perjudicial para el clima que la calefacción con estufas de gas, por ejemplo. En cuanto a las partículas, los sistemas de combustión de leña emiten casi tres veces más que los gases de escape del tráfico rodado. Las emisiones de gases de escape provocan "sólo" 6.800 toneladas de partículas, mientras que las chimeneas provocan la increíble cifra de 18.600 toneladas.

Cuanto más antiguas son las chimeneas, más contaminantes producen, lo que es especialmente cierto en el caso de los hogares y las estufas de azulejos. Por eso, el Gobierno alemán fomenta la instalación de nuevos sistemas de calefacción, alimentados por ejemplo con pellets de madera, con la Subvención Federal para Edificios Eficientes (BEG). La subvención federal para estos sistemas de calefacción puede llegar al 45%. Actualmente no hay planes para eliminar la combustión de madera. Sin embargo, a mediados de año se revisará si estas subvenciones seguirán existiendo.

La Agencia Federal de Medio Ambiente tiene una opinión bastante crítica de la combustión de madera. La madera tiene fama de ser una materia prima climáticamente neutra. Sin embargo, esto sólo es cierto si la madera con la que se fabrican los pellets, más respetuosos con el medio ambiente, se vuelve a cultivar en la misma medida para que el balance de carbono siga siendo neutro. Esto no es tan fácil, en primer lugar porque la madera no vuelve a crecer al mismo ritmo que se quema y, en segundo lugar, porque la tala, la transformación y el transporte de la materia prima provocan más emisiones contaminantes. Según la Ayuda Alemana al Medio Ambiente, quien tenga una chimenea abierta debería plantearse cambiar a una estufa de leña. Éstas también están disponibles con separadores de polvo o filtros, que reducen el polvo fino en un 80% y el polvo ultrafino hasta en un 90%.

Teniendo en cuenta que las estufas de leña contaminan más el aire que los coches y los camiones, sería sensato y necesario prohibir las estufas viejas o adaptarlas. Los vehículos viejos ya están prohibidos en las zonas de bajas emisiones desde hace años, a pesar de que el nivel de partículas es mayor en los propios hogares que en las carreteras.