El reto eléctrico de la industria logística
Muchos países han declarado la guerra a las furgonetas y camiones con motor de combustión. Incluso los motores de combustión más nuevos pronto dejarán de poder entrar en algunas zonas. El sector debe actuar con rapidez.
Recientemente, los Países Bajos anunciaron que dejarán de permitir furgonetas o camiones con motores de combustión en 14 ciudades a partir de 2025. Aunque la tendencia a abandonar los vehículos diésel más antiguos, como los Euro 3 y 4, existe desde hace tiempo en muchos países, estos rápidos cambios suponen enormes retos para el sector. En menos de 4 años, muchas empresas que sirven al mercado holandés tendrán que cambiar por completo. Como la zona medioambiental de Maasvlakte forma parte del puerto de Rotterdam, también podría verse afectada. Algunas ciudades holandesas han anunciado un endurecimiento para los camiones incluso antes de esa fecha. En Utrecht y Eindhoven, a partir de enero de 2022 sólo se permitirán camiones y autobuses diésel con norma Euro 6. Asimismo, en Haarlem se introducirá en esa fecha una zona medioambiental que prohibirá los camiones diésel, es decir, los vehículos N2 y N3 con normas Euro de 0 a 5.
Y no sólo los Países Bajos se están poniendo serios con sus medidas contra los vehículos pesados diésel, que contribuyen en gran medida a la contaminación por óxidos de nitrógeno en las ciudades.
Francia también ha decidido en un nuevo paquete climático que los vehículos con etiqueta de categoría 3 no podrán entrar en más de 40 aglomeraciones urbanas a partir de 2025. Están afectadas todas las ciudades de más de 150.000 habitantes. La prohibición de esta pegatina excluye a los camiones diésel con norma Euro 5 y a las furgonetas con norma Euro 4. En algunas zonas medioambientales, como el valle del Arve, incluso ya se ha anunciado que la pegatina 2 también se prohibirá a partir de 2025. Sin embargo, ni siquiera los camiones diésel más nuevos con norma Euro 6 obtienen una pegatina mejor. Una prohibición apunta, por tanto, a la exclusión total de los vehículos diésel. Posiblemente, la norma Euro 7 podría introducirse a partir de 2025. Los vehículos con esta norma Euro podrían obtener entonces una etiqueta mejor. Pero incluso entonces, las flotas de camiones tendrían que cambiar completamente a la nueva norma Euro y las empresas ya no podrían importar vehículos comprados hoy. Estrasburgo también ha anunciado ya la prohibición de la pegatina 2, pero aún no ha fijado un plazo.
Como también se informa en el boletín de hoy, a partir de esta semana también se aplicarán normas estrictas en Londres, que sólo permitirán entrar en la ciudad a los camiones con la norma Euro 6. Normas similares se aplicarán en Bath a partir del 15 de marzo y en Birmingham en cuanto entre en vigor la zona de bajas emisiones. Aún no se ha anunciado la fecha.
Con estas normas más estrictas, especialmente para los vehículos pesados, parece como si las ciudades estuvieran trasladando el problema de la mala calidad del aire a la industria logística. El fracaso de la transición hacia una movilidad ecológica en muchas ciudades en los últimos años, por ejemplo mediante la expansión del transporte público, carriles bici seguros y opciones de coche compartido, significa que muchas personas en las zonas urbanas siguen viajando en coche. En muchos países, los coches eléctricos aún no gozan de la aceptación deseada. Entre otras cosas, porque falta una red de recarga. A muchos políticos les resulta difícil negar la entrada a los ciudadanos, porque las zonas ecológicas y las prohibiciones de circulación son impopulares. A la industria logística, que no pertenece necesariamente al electorado directo, se le puede dar un empujón.
Desde el punto de vista técnico, todavía hay muchos obstáculos para que las empresas de transporte se pasen a los modelos eléctricos. Por ejemplo, el problema de la autonomía de un camión impulsado por baterías sigue sin resolverse. Los propulsores de hidrógeno podrían ser la solución, pero también en este caso la tecnología aún no está plenamente desarrollada. Los fabricantes de camiones Scania y MAN, entre otros, ya se han fijado el objetivo de sacar al mercado únicamente camiones con cero emisiones de aquí a 2040 para cumplir el objetivo climático de la Unión Europea. Pero para ello necesitan su apoyo, entre otras cosas para garantizar una infraestructura de recarga y repostaje sin fisuras en Europa.
La decisión de retirar progresivamente los camiones más antiguos para mejorar la calidad del aire es sin duda acertada. Pero el cambio probablemente debería haberse iniciado antes, o debe llevarse a cabo ahora a un ritmo razonable que refleje el estado de la técnica y que la industria pueda soportar.
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