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Crisis gubernamental: ¿Amenazan a toda Alemania con prohibir conducir los fines de semana?

El Gobierno vuelve a estar que arde. Esta vez se trata de la Ley de Protección del Clima, que sigue atascada en el Parlamento. El ministro de Transportes, Volker Wissing, ha fijado un plazo a los socios de la coalición y amenaza con prohibir la circulación en todo el país si no lo cumplen. Los Verdes aún no han adoptado una postura clara al respecto.

Un proyecto de ley presentado por el Ministerio de Transportes prevé que en el futuro ya no haya objetivos precisos de protección del clima para sectores concretos. En su lugar, la cantidad total de gases de efecto invernadero ahorrados serviría de referencia. Si la ley no entra en vigor antes del 15 de julio de 2024, habría que poner en marcha un "programa de acción inmediata" para alcanzar los objetivos, según Wissing.

Wissing opina que la reducción del volumen de tráfico sólo es posible con medidas restrictivas como la prohibición nacional e indefinida de conducir los sábados y domingos. Esto sería difícil de comunicar a la población.

Los Verdes rechazaron los comentarios de Wissing. La líder adjunta del Partido Verde, Julia Verlinden, dijo que Wissing simplemente tenía que presentar un programa de protección del clima que contuviera propuestas sensatas para una mayor protección del clima en el sector del transporte.

Los debates en torno a la Ley de Protección del Clima y las medidas asociadas son controvertidos. La amenaza de prohibiciones de circulación en todo el país parece utilizarse como medio de presión para acelerar la aprobación de la ley.

La aplicación de las medidas propuestas por Wissing tendría sin duda consecuencias de gran alcance para la población. La prohibición de conducir los sábados y domingos no sólo restringiría considerablemente la movilidad individual, sino que también tendría un impacto negativo en la economía. Sin embargo, la cuestión es hasta qué punto unas medidas tan radicales pueden contribuir realmente a alcanzar los objetivos climáticos o si se limitan a servir de telón de fondo amenazador.

El camino hacia una protección eficaz del clima es pedregoso y se caracteriza por los diferentes intereses. La consecución de los objetivos exige que los actores políticos sean capaces de encontrar un consenso que cumpla los objetivos de protección del clima y no suponga una carga excesiva para la población y la economía.

Los cambios son necesarios para alcanzar los objetivos climáticos. Sin embargo, deben aplicarse de forma aceptable para todos los implicados. Las medidas unilaterales y drásticas podrían tener el efecto contrario y provocar un rechazo de las necesarias medidas de protección del clima. Por tanto, hay que encontrar una vía equilibrada y sostenible.