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Coches eléctricos: ¡engaño descarado!

Casi todos los ordenadores de a bordo de los coches eléctricos que se comercializan dan valores de consumo de energía embellecidos, a veces hasta una cuarta parte menos.

Podría convertirse en un escándalo que dañara de forma duradera la reputación de los coches de propulsión electrónica. El consumo de energía suele desempeñar un papel muy importante a la hora de plantearse la compra de un coche eléctrico. Pero es precisamente aquí donde los fabricantes pasan generosamente por alto y aparentemente engañan deliberadamente, como confirman ahora las investigaciones del club automovilístico ADAC. Por ejemplo, los ordenadores de a bordo de los coches eléctricos sólo muestran el consumo durante la marcha, mientras que las pérdidas durante los procesos de carga no se tienen en cuenta. Dependiendo de la marca, las discrepancias oscilan entre el 10% y la friolera del 25%: cifras que inquietan y enfurecen a los clientes que piensan que están en el lado seguro y "verde" cuando compran un vehículo de este tipo. Estas reacciones de los compradores no son sorprendentes, ya que el coche eléctrico es el salvador a menudo invocado que contribuye activamente a la protección del clima.
El "intento de encubrimiento" descubierto ahora por el ADAC, comúnmente denominado fraude (deliberado), podría ser el siguiente golpe bajo para la tambaleante industria automovilística tras escándalos como el Dieselgate.  
Por cierto, el pionero de los vehículos eléctricos, la empresa estadounidense Tesla (24,9%), es el primero en falsear el consumo de combustible, seguido de Seat (20,8%), Renault (19%) y Nissan (17,6%). Pero también empresas como Mercedes, VW, BMW y Jaguar figuran en esta ilustre lista, que parece el Quién es Quién de la industria automovilística.
Con el fin de proporcionar a los potenciales compradores de automóviles una visión justa y completa de los respectivos consumos de energía y, por último pero no menos importante, para restablecer la confianza en toda la industria, el ADAC exige ahora que, además de los valores de consumo, se enumeren de forma transparente los valores porcentuales de las pérdidas de carga, por ejemplo. Además de accionamientos eficientes, en el sector eléctrico también se demandan sistemas de carga con bajas pérdidas.