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Avanzan las zonas de protección acústica

Lo que se está concretando cada vez más en Tirol del Sur está llegando también a Alemania y Suiza: las zonas de protección acústica para motocicletas son cada vez más aceptables.

El debate está cobrando fuerza en toda Europa: las motos son a veces demasiado ruidosas. En Tirol del Sur, la resistencia lleva tiempo agitándose. El consejero regional de movilidad de la región autónoma de los Alpes anunció recientemente en una entrevista con Spiegel Online que aprueba la prohibición de circular a los vehículos demasiado ruidosos: "Ahora esperamos que esta medida se aplique también en Tirol del Sur lo antes posible. Evidentemente, el ruido de las motos no sólo se percibe como un problema intolerable en los puertos de las Dolomitas. La provincia del Tirol ha creado consecuentemente y en poco tiempo las condiciones para prohibir sin más las motos especialmente ruidosas en determinadas carreteras de los puertos. En el Consejo Nacional Suizo se presentó de nuevo una iniciativa. También en Alemania, las iniciativas ciudadanas y las autoridades locales de los distritos afectados están alzando la voz", prosigue la entrevista.

En Alemania, el debate tampoco es nuevo. En el distrito de Stuttgart, conocido por no imponer prohibiciones a la conducción de vehículos diésel, se han instalado dos pantallas acústicas en un pasaje prominente de los suburbios. Miden el número de decibelios de los vehículos de motor que pasan y, por cortesía suaba, piden al respectivo usuario de la carretera que muestre consideración por los residentes y la fauna. Sin embargo, el grado de consideración del individuo hacia sus semejantes y el medio ambiente sigue siendo cuestionable.

Por ello, los críticos alemanes reclaman contramedidas tangibles en forma de zonas de protección acústica, incluidas fuertes multas, ya que las pantallas acústicas se limitan a hacer una recomendación, sin consecuencias para la cartera ni siquiera para los puntos de Flensburg. Los motoristas, sin embargo, se ven bajo sospecha general y exigen otras soluciones que la sanción ciega del legislador.
Pero los residentes ven sorprendentemente un cambio, por pequeño que sea: "Creo que definitivamente se puede decir que se ha vuelto más tranquilo y que las pantallas han surtido efecto. Pero, por supuesto, siguen existiendo los conductores temerarios que hacen rugir sus tubos de escape al máximo y se oyen a kilómetros de distancia", declaró un residente al Stuttgarter Nachrichten. Por su parte, el ministro federal de Transportes, Andreas Scheuer, rechaza categóricamente las prohibiciones de circular en forma de zonas de protección acústica, afirmando que existen "normas suficientes y válidas".
 
Los habitantes de Stuttgart esperan que los políticos cedan a medio plazo, porque la salud de la población debe tener más prioridad que la libertad personal de unos cuantos manifestantes de caballos de potencia.
Así es, ¡pensamos!