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Sin interés por la protección del medio ambiente: el Servicio Postal de EE.UU. encarga 165.000 nuevas furgonetas de reparto con motor de combustión

Las furgonetas postales estadounidenses tendrán motores de combustión durante años. Debido a preocupaciones medioambientales, 15 estados han interpuesto una demanda contra la nueva flota de USPS

Cada vez se eligen más alternativas para unos servicios de logística y transporte más limpios. Esta ha sido la tendencia reconocible en muchos países en los últimos años. Sin embargo, las autoridades postales estadounidenses vuelven a perder el tren y encargan nuevos vehículos de combustión. En los próximos diez años, la empresa contratada Oshkosh Defense suministrará 165.000 vehículos postales. Sólo el 10% de ellos serán eléctricos. Un porcentaje tan pequeño es considerado por muchos insuficiente y no representa una reducción efectiva del actual impacto ambiental del Servicio Postal estadounidense. Con un consumo de 27,7 litros de gasolina cada 100 kilómetros, los nuevos coches son casi tan perjudiciales para el medio ambiente como las furgonetas de reparto de 30 años de antigüedad que están a punto de ser sustituidas. Especialmente alarmante es el aumento del consumo de combustible, que sólo puede aumentar debido al necesario tráfico de paradas y arranques. Por eso no es de extrañar que, entre otros, 15 estados y la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU. (EPA) hayan presentado demandas contra las nuevas adquisiciones. Se ha criticado que la compatibilidad medioambiental de la nueva flota sólo se tenga en cuenta más adelante. También preocupa la rentabilidad del proyecto, que podría resultar poco rentable tras la actual explosión de los precios del combustible. El jefe de Correos, Louis DeJoy, cuya mente sigue puesta en la administración Trump, hace caso omiso de todas las objeciones. No quiere encargar más furgonetas de reparto eléctricas hasta que USPS pueda establecer un presupuesto para ellas y tenga más experiencia con los vehículos eléctricos. En cambio, muchas empresas de la competencia, como UPS y Fed-Ex, parecen estar avanzando con los tiempos. Los proveedores privados de servicios de paquetería ya han encargado una flota totalmente eléctrica que circulará por las carreteras estadounidenses en el futuro. Deutsche Post y DHL también han adquirido ya cierta experiencia con sus scooters postales y algunas de sus entregas en Alemania son puramente eléctricas. Por desgracia, el correo estadounidense seguirá repartiéndose a costa del medio ambiente.