El biodiésel es un combustible que se utiliza del mismo modo que el gasóleo mineral. El biodiésel B100 se produce a partir de grasas y aceites vegetales. En Francia, los camiones que sólo utilicen este combustible no contaminante pronto podrán circular por cualquier zona medioambiental.
Cada país tiene sus propios métodos para etiquetar los coches que emiten muchos contaminantes. En algunos países basta con registrar la matrícula, en otros es necesario un distintivo medioambiental. En Francia, se necesita la pegatina Certificat qualité de l'Air, de las que hay 6 en total. La pegatina más limpia es verde y no tiene número: está destinada a los vehículos de hidrógeno y eléctricos. La número 5, de color gris, está destinada a los vehículos diésel matriculados hasta enero de 2001 e identifica a los coches con las emisiones contaminantes más elevadas, aparte, por supuesto, de los vehículos aún más antiguos que ni siquiera cumplen los requisitos para la pegatina 5 y no reciben pegatina.
La pegatina morada número 1, en cambio, sólo está destinada a los vehículos más modernos y limpios con motor de combustión. Está destinada a todos los vehículos de gasolina y de otro tipo que cumplan las normas Euro 5 y Euro 6. Estas normas Euro se aplican a los vehículos matriculados después del 31 de diciembre de 2010. La pegatina 1 también se aplica a los vehículos de gas y a los híbridos enchufables, pero no a los vehículos diésel. Ahora hay excepciones para los vehículos diésel que sólo utilizan biodiésel B100 y pueden demostrarlo. La base para ello es un decreto del Presidente francés, que permite a los camiones B100 entrar en cualquier zona medioambiental francesa existente con una pegatina 1.
El biodiésel no es tóxico, es biodegradable y no supone ningún peligro para el agua potable. Mientras que el E85 es una mezcla de combustible convencional y etanol, el B100 utiliza fuentes 100% vegetales. Este combustible es compatible con muchos motores diésel y ofrece una autonomía similar a la del gasóleo. Para ello, estas sustancias se tratan químicamente con metanol o etanol para que puedan utilizarse como combustible. En química, el proceso se denomina transesterificación. Además de la ventaja de que puede producirse íntegramente en Francia, el biodiésel B100 tiene sobre todo cualidades ecológicas: los gases de efecto invernadero se reducen un 60% y las partículas, hasta un 80%.
Sin embargo, muchos no ven el biodiésel como el salvador que parece ser. El Instituto de Investigaciones Energéticas y Medioambientales (Ifeu) ha calculado que los biocarburantes de origen vegetal son más perjudiciales para el clima que los combustibles de origen fósil. Si se renaturalizaran activamente las zonas de cultivo, las emisiones alemanas serían unos 16,5 millones de toneladas menos al año gracias a la vida vegetal que allí se desarrolla. Esto se debe a que la vegetación absorbe gran parte de las emisiones. Sería aún mejor para el clima si las zonas se cultivaran con plantas solares o molinos de viento: Según Ifeu, generar energía para un coche eléctrico requiere un 97% menos de tierra que para obtener el mismo rendimiento de las plantas.