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Oberhausen se desdice con un nuevo plan de aire limpio contra la prohibición de circular con diésel

La ciudad de Oberhausen ha presentado un nuevo concepto para garantizar un aire limpio en la metrópoli del Ruhr. Sin embargo, las medidas van de poco entusiastas a ridículas.

Hay un refrán que dice que la perspicacia es el primer paso hacia la mejora. 
En el caso de Oberhausen, sin embargo, tras el "primer paso", en este caso explícito el anuncio y la pronta aplicación de medidas, no parece haber mucho más. El paquete está repleto de ideas a medias para reducir las emisiones; el ayuntamiento aún no parece haber comprendido del todo la gravedad de la situación. El balance final puede resumirse objetivamente en que la ciudad de la cuenca del Ruhr carece del valor y el realismo necesarios para tomar medidas enérgicas y afrontar la situación con seriedad. Lo que no parece faltarle a Oberhausen: el dinero para llevar a cabo todas estas acciones poco entusiastas. Después de que la organización Deutsche Umwelthilfe (DUH) presentara una denuncia, se acordaron más de 50 medidas, la mayoría de ellas entre descabelladas y poco realistas. 

El primer ejemplo: la ciudad está colocando señales digitales para apelar al sentido común de los ciudadanos para que, por favor, utilicen el transporte público. Sin embargo, cualquiera que haya vivido Alemania en tiempos de Corona en las últimas semanas sabe cuánta consideración mutua hay en la sociedad alemana en estos momentos. 
En segundo lugar, la ciudad ha encargado una aplicación para realizar excursiones en bicicleta por los alrededores. No se sabe cuándo estará lista ni cuánto costará. Google Maps no parece existir en los alrededores de la ciudad... así que, ¿por qué esta costosa aplicación? Ridículo. 

Ah, sí, nuestro plato fuerte absoluto en la exquisita lista de medidas que no son necesarias: una nueva mezcla asfáltica. Por un lado, se supone que es más silenciosa que los asfaltos habituales y, por otro, que ayuda a purificar el aire mediante los rayos UV. Como consumidor ordinario, es imposible entender en qué base científica se supone que esto ocurre. Pero en el Ruhgebiet también hay planes para carreteras que ya se han probado en otros municipios. Oberhausen, por ejemplo, planea introducir autobuses eléctricos a partir de 2022. ¿Un "plan"? Los gobernantes parecen tener la proverbial tranquilidad y dejan que el proyecto arranque con calma. 

Los que conocen la DUH ya pueden adivinar, a partir de estos pocos ejemplos mencionados y de su carácter laxo, que a la metrópolis del Ruhrpott le espera otra demanda o la prohibición de conducir con diesel. 

Oberhausen sólo podría culparse a sí misma: en la vida y en la política no hay segundas, terceras o cuartas oportunidades para algunas cosas.