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Los coches voladores se hacen realidad

Investigadores chinos están experimentando con vehículos capaces de planear sobre la carretera, gracias a unos imanes que les permiten volar. Una solución futurista al más que real problema de la contaminación por partículas.

En China, los coches voladores ya no sólo forman parte de películas como Harry Potter o La Guerra de las Galaxias. Pero no de la forma que cabría esperar: con coches mágicos o vehículos ultramodernos volando entre rascacielos en galaxias lejanas. Tras los grandes avances logrados en China, y en países como Japón y Corea, en el desarrollo de trenes de levitación magnética para trenes de alta velocidad, los científicos han avanzado ahora en la aplicación del sistema magnético a coches modificados. 

En las últimas semanas, el equipo de investigación de la Universidad Jiaotong del Suroeste ha realizado las primeras pruebas en carretera en colaboración con la autoridad estatal de transportes, y ya está obteniendo buenos resultados. Según la agencia de noticias china Xinhua, uno de los prototipos probados fue capaz de planear sobre un carril eléctrico a una velocidad de unos 150 km/h a una altura de 35 milímetros. El "vuelo" por la vía fue posible gracias a unos imanes instalados en el suelo del vehículo, que crean las condiciones para el movimiento por levitación. 

Sin embargo, no se trata de una innovación por la innovación. Como subraya el profesor universitario y miembro del grupo de investigación Deng Zigang, el proyecto tiene el potencial de provocar un cambio real y útil en el mundo del transporte. La llamada tecnología Maglev utilizada -una abreviatura del término inglés "magnetic levitation"- pretende reducir simultáneamente el consumo de energía del coche y aumentar su autonomía.  

El coche levitante podría tener un efecto positivo en los costes de explotación y, sobre todo, en el medio ambiente. Y es que la falta de contacto con la superficie de la carretera elimina también el desgaste de los neumáticos, inevitable en todos los vehículos. Incluso los vehículos eléctricos más limpios contribuyen a la formación de partículas debido al desgaste de los neumáticos. Al poder flotar sobre la pista, la conducción de los coches magnético-voladores contrarrestaría este problema y reduciría los niveles de emisiones.  

Sin embargo, el proyecto aún está en pañales. No sólo hay que aclarar algunas cuestiones de seguridad, sino que la infraestructura necesaria y la conversión de los vehículos aún necesitan tiempo para desarrollarse lo suficiente para su implantación.  Sin embargo, China está un paso más cerca de conseguir que los coches vuelen, y de forma bastante sostenible, haciendo realidad los sueños de muchos aficionados al cine.