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Límite de velocidad de 30 km/h en todo París

La alcaldesa de París lleva tiempo declarando la guerra a los coches. La zona medioambiental es cada vez más estricta y pronto prohibirá la entrada incluso a los vehículos diésel más nuevos. Además, cada vez se crean más zonas sin coches y la ampliación de carriles bici y sendas peatonales resta cada vez más espacio a los vehículos. Ahora casi todo París se convertirá en una zona de 30 km/h.

La alcaldesa de París, Anne Hidalgo (Partido Socialista), está poniendo las cosas cada vez más difíciles a los conductores de la capital francesa. A partir de agosto, la mayoría de las calles de la ciudad se convertirán en zonas de 30 km/h. Sólo algunas vías de conexión y grandes bulevares seguirán permitiendo límites de velocidad de 50 km/h. Sólo algunas vías de enlace y grandes bulevares seguirán permitiendo límites de velocidad de 50 km/h. La medida pretende hacer las calles más seguras y reducir el número de accidentes de tráfico graves. El alcalde también espera una reducción significativa del ruido del tráfico.

Anteriormente, Hidalgo ya había cerrado por completo muchas calles a los vehículos, quitándoles cada vez más espacio en muchas partes de la ciudad para devolvérselo a bicicletas y peatones. El primer domingo de cada mes, la mayor parte de la ciudad también se cierra a los coches para que puedan celebrarse festivales y eventos en las calles y la gente pueda experimentar un París sin calles congestionadas. Las normas de la zona de bajas emisiones también son cada vez más estrictas. A partir de principios del año que viene, se prohibirán primero los de categoría 3. A partir de enero de 2024, se prohibirá también la pegatina de categoría 2. Esto significa de facto que no se permitirá la entrada a ningún vehículo diésel. La mayoría de furgonetas y camiones se verán obligados a cambiar a eléctricos.

Aunque muchos ciudadanos ya apoyan el cambio en la ciudad, los trabajadores en particular se ven muy afectados por las medidas y las critican duramente. Los artesanos, que por razones económicas dependen de llegar rápido a su próxima cita, temen pérdidas por el límite de velocidad. Los taxistas también hablan de pérdidas de hasta el 40%, ya que tendrán que aplicar la tarifa por hora en lugar de la tarifa por kilómetro a baja velocidad. La actividad económica de la ciudad también podría resentirse de los cambios, teme por ejemplo Francis Palombi, presidente de la confédération des commerçants de France.

Los defensores del límite de velocidad de 30 km/h citan el hecho de que la velocidad media en París es de unos 15 km/h. Una velocidad reducida mejoraría la actividad económica en la ciudad. Una velocidad reducida garantizaría una mejor fluidez del tráfico, de modo que los usuarios de la carretera llegarían a su destino más rápidamente en general.

La nueva normativa parece ser otro ejemplo del escepticismo de los ciudadanos, que no pueden imaginar que el límite de velocidad haría que el tráfico fuera más fluido, las calles más seguras y silenciosas y el aire de París más limpio y, por tanto, más habitable. Sólo cuando el alcalde radical impulse los cambios, incluso en contra de la voluntad de algunos ciudadanos, éstos se darán cuenta de que la medida puede reportar beneficios.