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Karlsruhe: La supresión de la zona de bajas emisiones causa preocupación

Con la supresión prevista de la obligación de llevar pegatinas en el centro de la ciudad, también se suprimirá la prohibición de que los camiones circulen por la ciudad, lo que tendrá consecuencias para los niveles de aire y ruido. ¿Debería la ciudad dar marcha atrás y mantener las prohibiciones de circulación?

La zona de bajas emisiones del centro de Karlsruhe se introdujo por primera vez en 2009. Ahora, trece años después, el consejo regional de Baden-Württemberg quiere suprimirla. A partir de la próxima primavera, se suprimirá la obligación de mostrar una pegatina, ya que los controles en curso de la situación de las emisiones dentro de la zona de bajas emisiones indican que las restricciones de tráfico basadas en las emisiones ya no son necesarias.  

Según las mediciones actuales, la concentración de inmisión de óxido de nitrógeno está ahora muy por debajo del valor límite medio anual de 40 microgramos por metro cúbico. También se han alcanzado todos los demás valores límite de contaminantes atmosféricos, como las partículas. Según las autoridades, no cabe esperar ningún deterioro futuro de la calidad del aire si las condiciones siguen siendo las mismas.  

Sin embargo, los ciudadanos critican actualmente las decisiones. Los residentes de Reinhold-Frank-Straße, en particular, están preocupados por la supresión de la zona de bajas emisiones y la prohibición asociada de que los camiones circulen por ella. Y es que la contaminación no es el único motivo de preocupación. Aunque los valores del aire se mantengan por debajo del límite tras el levantamiento de la prohibición, los ciudadanos se enfrentarán a otro problema: la contaminación acústica. Los niveles de ruido en el centro de la ciudad ya se están disparando ahora, con una normativa de zonas medioambientales que sigue regulando el tráfico.  

Según los informes de la estación de medición de Reinhold-Frank-Straße, el ruido del tráfico alcanza hasta 80 decibelios (dB) durante el día, con un valor medio de unos 70 dB. Cinco decibelios más de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud.  Y eso a pesar de los valores máximos en hora punta, que a veces superan incluso los 90 dB. En definitiva, se trata ya de una situación crítica, que sólo puede empeorar con la reanudación del tráfico rodado.  

¿Debería el consejo regional reconsiderar la supresión de la zona de bajas emisiones? ¿Deberían seguir en vigor al menos las prohibiciones de circulación para los vehículos de las clases de mayor peso? Lo cierto es que, sin ellas, las calles del centro de Karlsruhe serán mucho más ruidosas, para desgracia de los vecinos. Si la ciudad decide seguir adelante como estaba previsto y permitir pronto la circulación de todos los vehículos, debería estudiarse sin demora la introducción de nuevas medidas de protección contra el ruido. Otra posibilidad sería establecer una zona de protección acústica, como ya se ha hecho en algunas partes de Austria. Aunque allí sólo se aplica a las motocicletas, el concepto también podría adaptarse a Karlsruhe y a los camiones.