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Electromovilidad: ¿Suficiente electricidad para el auge del e-car?

¿Es suficiente el suministro eléctrico actual para cubrir la creciente demanda de electricidad, especialmente en el contexto de la infraestructura de recarga? Un estudio demuestra que la situación podría ser menos problemática en el futuro de lo que se cree.

Los países y las ciudades se centran cada vez más en los vehículos eléctricos como parte de la transición del transporte y los coches eléctricos también están ganando cada vez más aceptación e interés entre los ciudadanos. ¿Cuál es el resultado? La proporción de coches eléctricos aumentará significativamente en las próximas dos décadas. Por un lado, hay que celebrar esta predicción como un paso positivo hacia una movilidad más respetuosa con el medio ambiente. Por otro, sin embargo, plantea dudas sobre la capacidad de la red eléctrica para satisfacer esta creciente demanda. Y es que, a medida que se generalicen los coches eléctricos, la demanda de energía también aumentará en consecuencia y dependerá aún más de la red eléctrica. 

Sin embargo, un análisis de la empresa de estudios del mercado de la energía BloombergNEF muestra que el problema del suministro de energía para los coches eléctricos es probablemente menos grave de lo que la gente piensa, explica el analista principal Colin Mckerracher. Es cierto que la utilización de la red puede producirse a menudo en días de aumento de la demanda en varios sectores, como ocurrió este verano con los apagones en California. Sin embargo, según Mckerracher, esto no significa que tener más vehículos eléctricos en las carreteras en el futuro vaya a suponer una amenaza inmediata para el mantenimiento de la red eléctrica. Al menos no en el presente ni en un futuro previsible. 

Según las previsiones de BNEF, el número de coches eléctricos alcanzará los 27 millones en todo el mundo a finales de año, con un consumo anual de electricidad de 60 teravatios hora. Una cifra importante, pero que sólo representará el 0,2% de la demanda total en 2022. Esto equivale aproximadamente al consumo anual de electricidad de la ciudad estado de Singapur. Incluso en Noruega, por ejemplo -donde los vehículos impulsados por baterías representan ya alrededor del 80% de las nuevas matriculaciones y el 20% de todo el parque automovilístico-, las cifras siguen estando por debajo del límite aceptable y tolerable de un aumento del consumo del 1,4%. Asimismo, la red eléctrica no debería enfrentarse a problemas insalvables en los próximos 20 años, que en el peor de los casos podrían inclinar la balanza a favor de los coches eléctricos. Aún será posible satisfacer las necesidades de recarga de los coches eléctricos con una preparación adecuada.  

Según BloombergNEF, habrá entre 730 millones y 1.000 millones de coches eléctricos, dependiendo del escenario. Por tanto, cabe esperar un aumento de la demanda de electricidad de entre el 7% y el 9%, que se incrementaría en otros 11% o 15% puntos porcentuales si se incluyeran, por ejemplo, los autobuses eléctricos y los vehículos comerciales. En cambio, la electrificación completa del transporte representaría el 27% de la demanda total de electricidad. Se trata de una cifra significativamente superior a la actual, pero no debería suponer una situación extremadamente crítica para el sector energético.  

Sin embargo, aún queda mucho por hacer antes de poder hablar de transporte totalmente eléctrico. No sólo en lo que se refiere a garantizar un suministro suficiente de electricidad, preferiblemente procedente de fuentes renovables, para contribuir realmente a la transición ecológica. La infraestructura, empezando por la red de recarga, también debe ampliarse significativamente para poder ofrecer al creciente número de vehículos eléctricos suficientes opciones de recarga. Al mismo tiempo, debe crearse un marco de política económica -por ejemplo, mediante señales de precios para el mejor momento para repostar o, indirectamente, aplicando más y más estrictas prohibiciones de combustión- para que los vehículos eléctricos sean considerados la mejor opción para el medio ambiente y los ciudadanos. La introducción de más zonas de emisiones cero tampoco supondría un problema para la red eléctrica.