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UE: Fin de los motores de combustión a partir de 2035

El Parlamento Europeo ha votado a favor. Sin embargo, se necesitan más medidas para que la prohibición tenga el efecto deseado. Entre ellas, la creación y el endurecimiento de las zonas de bajas emisiones y las zonas de emisiones cero.

En la sesión plenaria de ayer del Parlamento Europeo (PE) había numerosos puntos en el orden del día.  En concreto, el Parlamento tenía que ultimar su posición sobre ocho propuestas que forman parte del paquete climático "Fit for 55" para reducir las emisiones y alcanzar la neutralidad climática. El "Fit for 55" también incluye una de las propuestas que ha suscitado acalorados debates desde que se mencionó oficialmente por primera vez cuando se anunció el paquete climático en julio de 2021: la eliminación progresiva de los motores de combustión a partir de 2035.  

La mayoría de los diputados del Parlamento Europeo ya han votado a favor. A partir de 2035, los fabricantes de vehículos sólo podrán introducir en el mercado europeo coches y furgonetas que no emitan gases de efecto invernadero perjudiciales para el clima. Al mismo tiempo, los parlamentarios se mostraron a favor de no permitir que se contabilicen los combustibles sintéticos, que podrían utilizarse para hacer funcionar un motor de combustión convencional de forma neutra para el clima.  

Con su decisión, los eurodiputados no sólo han seguido la propuesta de la Comisión Europea del año pasado, sino que la posición del Parlamento coincide con la de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI). En un informe, la ENVI también anunció su apoyo a la normativa propuesta para revisar las normas de emisión de CO2 del transporte. "Esta normativa fomenta la producción de vehículos de emisiones cero y bajas emisiones. Con las normas de CO2, creamos claridad para la industria automovilística y estimulamos la innovación y la inversión de los fabricantes de automóviles", explicó el eurodiputado holandés Jan Huitema.  

La aplicación de las resoluciones del PE supondría de hecho el fin del motor de combustión a partir de mediados de la próxima década. Sin embargo, el voto del Parlamento aún no constituye una decisión jurídicamente vinculante por parte de la UE. Esto se debe a que para prohibir la matriculación de nuevos coches con motor de combustión a partir de 2035, los gobiernos de los Estados miembros de la UE también deben dar su aprobación, además del Parlamento Europeo. A finales de mes, los Estados miembros de la UE fijarán su posición sobre la prohibición de la venta de coches de gasolina y diésel. A continuación tendrán lugar las negociaciones para establecer una posición común, que en última instancia se convertirá en la legislación definitiva.  

Lo que está claro, sin embargo, es el objetivo que la Unión Europea desea perseguir con la legislación propuesta, a saber, la consecución de una movilidad por carretera con cero emisiones y el paso a la electromovilidad. La medida debería contribuir de forma significativa a la lucha contra el cambio climático mediante la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55% con respecto a los niveles de 1990. Además de reducir el CO2 generado por el transporte por carretera, la UE también aspira a una Europa climáticamente neutra para 2050.  

Conscientes de su papel en la contaminación, muchos fabricantes de automóviles ya han anunciado su reducción y han anunciado planes para aumentar la producción de coches eléctricos. Algunos incluso han hecho oficial un cambio más temprano a totalmente eléctricos a partir de 2025 aproximadamente, como Jaguar y el grupo multimarca Stellantis.  

Sin embargo, para que Europa se convierta en el primer continente que sólo emite gases de efecto invernadero inevitables y compense totalmente estas pocas emisiones, no basta con la eliminación progresiva de los motores de combustión y el apoyo de la industria automovilística. Para conseguir realmente el efecto deseado, hay que introducir restricciones de tráfico adicionales. El endurecimiento de la normativa de las zonas medioambientales ya existentes en los Estados miembros, así como el establecimiento de varias zonas de emisiones cero, podría ser la forma más eficaz de allanar el camino hacia una movilidad europea más ecológica. La prohibición de matriculación no significa automáticamente que los motores de gasolina y diésel vayan a desaparecer de repente de las carreteras. Para que los ciudadanos decidan realmente pasarse al coche eléctrico, la mayoría de las zonas de bajas emisiones deberían convertirse, en el mejor de los casos, en zonas de emisiones cero. 

Tal y como ya está previsto en algunos países. En los Países Bajos, por ejemplo, no sólo las zonas medioambientales se convertirán en zonas de cero emisiones a partir de 2025, sino que también está prevista la introducción de otras 30 zonas. París también tiene prevista la prohibición del diésel a partir de 2024, que es la única forma de que las medidas de la Unión Europea desempeñen un papel diferenciador en la lucha contra el calentamiento global a corto y medio plazo. En última instancia, los viejos vehículos contaminantes deben ser retirados de la circulación de alguna manera. Las zonas de emisiones cero y de bajas emisiones, junto con la próxima ley del clima de la UE, pueden ser la respuesta clara.