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Peaje urbano: ¿cuánto más debemos aguantar?

Zonas medioambientales, prohibición de circular con diesel, zonas de protección acústica, peajes urbanos... Parece una secuencia cronológica de horrores. Durante años, todos los conductores se han visto atormentados por diversas prohibiciones y tasas. ¿Será ahora el peaje urbano el broche de oro?

Las prohibiciones de circulación son parte integrante de Europa, todos hemos tenido que aceptarlas para bien o para mal. Pero algunas ciudades intentan encontrar alternativas, ¡a costa de nuestros bolsillos! ¿Cuándo acabará esta locura? No parece que haya un final a la vista. El tráfico de cercanías en las grandes ciudades es enorme y supone una enorme carga para los nervios, la gestión del tiempo, la salud y, por último, pero no por ello menos importante, nuestro medio ambiente. Bastantes metrópolis internacionales tienen peaje urbano, pero el modelo ha sido controvertido hasta ahora en Alemania. Las dos ciudades más grandes del país, Berlín y Múnich, se plantean ahora modelos alternativos a la prohibición de circular y están considerando seriamente la posibilidad de cobrar una tasa por entrar en el centro de la ciudad en vehículo de motor. 

La ciudad bávara ha encargado a un instituto que calcule cuánto tendría que costar un posible peaje urbano en el área metropolitana de Múnich para que el sistema mereciera la pena. El peaje, que el renombrado Instituto Ifo denomina con cierto descaro e hipocresía "tasa anticongestión", podría ascender en la metrópoli bávara a entre 6 y 10 euros por día y vehículo. Al mismo tiempo, el instituto calcula un supuesto valor de factura de casi el 30%, con el que podría reducirse el volumen de tráfico en el centro de la ciudad. "Esto permitiría controlar los problemas de congestión en el centro de la ciudad", confirma Oliver Falck, catedrático de Economía de la LMU de Múnich. La reducción del tráfico en el centro de la ciudad permitiría a otros usuarios de la carretera, como taxis y empresas de logística, circular por las calles con mayor rapidez, y la consiguiente ausencia de atascos ahorraría 204 millones de euros al año sólo en Múnich, según los cálculos. 

La senadora berlinesa de Transportes, Regine Günther (Verdes), también está considerando abiertamente este tipo de tasa (ya informamos de ello) y está siendo criticada con dureza desde muchos frentes, incluso desde dentro del partido. 

¿Es realmente el peaje urbano el salvador que muchos conjuran, junto con una alternativa realista a las impopulares prohibiciones de circulación; o, una vez más, otra estratagema para sacarnos el dinero del bolsillo? ¿Cuánto más tenemos que aguantar?