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¿Más zonas medioambientales y prohibiciones de circular gracias a los coches eléctricos?

Para alcanzar sus objetivos climáticos, la UE está fomentando enormemente la venta de coches eléctricos. Y también quiere imponer su objetivo con normas más estrictas para los coches de combustión.

En los próximos 10 años, Bruselas quiere poner 30 millones de coches eléctricos en las carreteras europeas. Para hacer más atractiva la movilidad eléctrica, la UE quiere invertir, entre otras cosas, en estaciones de recarga para vehículos eléctricos y de hidrógeno. La mejora del comercio de derechos de emisión y de los sistemas fiscales y de peaje también debería favorecer la venta de coches eléctricos. La expansión del transporte de pasajeros y mercancías también pretende reducir la carga de las carreteras europeas y contribuir a alcanzar los objetivos climáticos europeos.

Pero, sobre todo, la UE quiere cambiar la tendencia hacia los coches eléctricos imponiendo requisitos más estrictos a la industria automovilística: La norma de emisiones Euro7 prevista dificultará hasta casi imposibilitará la venta de coches nuevos con motor de combustión a partir de 2025, ya que los valores de emisiones especificados son tan bajos que la industria automovilística apenas podrá cumplirlos. Se trata de un duro lote para la industria. Sin embargo, la Comisión Europea se mantiene firme en sus planes y subraya que la nueva norma Euro "garantizará que sólo salgan al mercado vehículos de bajas emisiones preparados para el futuro".

Sigue siendo dudoso que los llamados e-cars de bajas emisiones puedan contribuir realmente a la neutralidad climática de aquí a 2050. Y es que los vehículos híbridos y eléctricos han sido criticados recientemente por sus emisiones. Por ejemplo, los vehículos híbridos emiten hasta 12 veces más CO2 nocivo de lo que afirman los fabricantes. Las sospechas llegan incluso a sugerir un engaño deliberado a los consumidores similar al escándalo de los diésel. Aún no está claro si los e-cars tienen unas emisiones de CO2 igual de elevadas. De ser así, la revolución de la movilidad difícilmente podrá contribuir a la neutralidad climática de la UE.

Los coches eléctricos tampoco son necesariamente mejores que los de combustión en términos de salud. Como se informó a principios de esta semana, los coches eléctricos pesados, en particular, producen una inmensa cantidad de partículas a través de las emisiones no procedentes de los tubos de escape.

Aún no se sabe con certeza cómo afectarán los planes de la UE al tráfico en la realidad. Lo que es seguro, sin embargo, es que las normas más estrictas de la UE conducirán a más prohibiciones de los motores de combustión y los coches viejos.