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Las zonas europeas de bajas emisiones salvan vidas.

Los últimos resultados lo demuestran: Las a menudo criticadas zonas y prohibiciones de conducir diésel contribuyen a reducir las muertes europeas causadas por impactos ambientales.

Según un nuevo estudio de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), desde la introducción de las prohibiciones de circulación y las zonas medioambientales mueren bastantes menos ciudadanos de la UE por las consecuencias de factores relacionados con el medio ambiente, como la contaminación atmosférica y acústica. Hace treinta años, esta cifra rondaba el millón de personas; hoy es de algo menos de 400.000 muertes por año civil. Este notable éxito, junto con sus estadísticas, pone un claro freno a los críticos de las prohibiciones de circulación y las zonas medioambientales. Las cifras demuestran de forma impresionante que la política europea de transportes y salud va por buen camino, y que el rumbo futuro tendrá que ir inevitablemente en la misma dirección. Así pues, más zonas medioambientales significan menos muertes: un cálculo muy sencillo que todo político europeo debe comprender de una vez. "Aunque vemos mejoras medioambientales en Europa y un claro enfoque hacia un futuro sostenible en el Pacto Verde, el informe muestra que es necesario actuar para proteger a los más vulnerables de nuestra sociedad", afirma el Director Ejecutivo de la AEMA, Hans Bruyninckx.  El informe de la AEMA podría llevar además, especialmente en tiempos de pandemia, a las áreas metropolitanas a modernizar y optimizar aún más sus políticas de transporte.  

Bruselas tiene que mantener absolutamente el rumbo e impulsar la instalación de más zonas medioambientales; cualquier otra cosa sería incoherente e imprudente. 

Al fin y al cabo, hay vidas humanas en juego.