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Aumenta la calidad del aire en Berlín, y también el precio del aparcamiento

Sopla una brisa fresca en la metrópoli de Berlín, y hay que tomárselo al pie de la letra. El nuevo plan de aire limpio de la administración medioambiental muestra que el aire de la capital es cada vez más limpio, más ventoso y, sí, también más caro. Pero ¿qué significa esto para los residentes y qué tiene que ver con los nuevos límites de la UE?

La calidad del aire en Berlín ha mejorado notablemente en los últimos años. En particular, han descendido los niveles de contaminación por dióxido de nitrógeno (NO2), un gas nocivo que puede provocar dificultades respiratorias, tos y bronquitis. Por tercer año consecutivo, se ha respetado el valor límite de NO2 en todas las estaciones de medición. Este éxito se debe, entre otras cosas, a la zona de bajas emisiones que existe en Berlín desde hace años. 

Sin embargo, no sólo el dióxido de nitrógeno es un problema, sino también las partículas. En concentraciones elevadas en el aire, éstas pueden provocar problemas respiratorios, circulatorios y del sistema nervioso. Pero aquí también hay buenas noticias: El valor límite anual se superó por última vez en 2003 y los valores a corto plazo también se cumplen desde 2016. 

Estos avances positivos son importantes porque la UE ha establecido nuevos valores límite para los contaminantes atmosféricos. Estos son más estrictos que antes y pretenden ayudar a mejorar la calidad del aire en las ciudades. Las grandes ciudades como Berlín se enfrentan a un reto especial en este sentido, ya que la contaminación atmosférica es especialmente elevada debido al gran volumen de tráfico y a la densa población. 

Pero, ¿qué significa esto para las zonas de bajas emisiones que se han introducido en muchas ciudades para mejorar la calidad del aire? Desgraciadamente, sólo se aplican parcialmente, pero son más importantes que nunca. Sin ellas, los niveles de contaminación volverían a aumentar, sobre todo en las carreteras más transitadas. Coches más rápidos significan más contaminantes, por eso se han introducido zonas de 30 km/h en algunos lugares. 

Otro factor que contribuye a la mejora de la calidad del aire es el creciente número de vehículos eléctricos en las carreteras. Estos vehículos sustituyen cada vez más a los de gasolina y contribuyen así a reducir la contaminación. 

Pero el aire limpio tiene un precio: aparcar en la ciudad es cada vez más caro. Para finales de 2026 está previsto un amplio aparcamiento de pago en el anillo del S-Bahn. Esto debería contribuir a reducir el tráfico de automóviles en la ciudad y, por tanto, a mejorar aún más la calidad del aire. 

Berlín avanza en la mejora de la calidad del aire. No obstante, la capital aún tiene mucho trabajo por delante, ya que los nuevos límites de la UE son exigentes. Será un reto para muchas ciudades. Y quién sabe, quizá se reactiven zonas medioambientales ya suprimidas o se creen otras completamente nuevas.