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Revolución en la Fórmula 1

Como parte de sus planes para hacer que el deporte sea más neutro desde el punto de vista climático, la Fórmula 1 tiene previsto utilizar combustibles 100% libres de carbono en el futuro. También se espera que esto repercuta en los coches de calle.

Los gases de escape, el desgaste de los neumáticos, las emisiones contaminantes relacionadas con la producción... los coches son, sin duda, una de las causas de la contaminación ambiental. Pero cuando hablamos de coches y su impacto ambiental, no nos referimos sólo a los que vemos en las carreteras todos los días. Aunque siempre a la vanguardia en muchos aspectos y tecnologías, ni siquiera los mundialmente famosos coches de Fórmula 1 se han equiparado aún con el respeto por el clima. Pero ahora esto va a cambiar. Según se anuncia en la web oficial, la Fórmula 1 quiere circular con combustible 100% sostenible en 2026. De este modo, la serie de carreras quiere alcanzar su ambicioso objetivo de estar libre de carbono para 2030 y, al hacerlo, ser pionera para toda la industria automovilística. 

La revolución del combustible ya ha empezado este año. Los coches de carreras funcionan actualmente con combustible E10, una mezcla de 90% de gasolina y 10% de etanol renovable. Sin embargo, esta proporción relativamente pequeña de etanol verde no es más que el primer paso en los esfuerzos de investigación que el deporte y los equipos afrontarán en los próximos años.  

"Ha sido un auténtico reto", admite Pat Symonds, Jefe de Desarrollo Técnico de la F1, sobre el desarrollo del combustible. Symonds pasó meses investigando intensamente para desarrollar el mejor producto para 2026. Trabajó en estrecha colaboración con la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y la empresa productora de petróleo ARAMCO. Ahora presentan con orgullo lo que han conseguido. El combustible, que se utilizará dentro de unos tres años, es -según el Director General de Motorsport, Ross Brawn- "único y una oportunidad maravillosa". El éxito de los especialistas en combustible reside sobre todo en la neutralización del ciclo del carbono, que debería anular las emisiones de CO2 de los motores.  

La solución de combustible investigada podría utilizarse no sólo en los vehículos de Fórmula 1, sino también en la mayoría de los vehículos de carretera de todo el mundo. Sin tener que cambiar nada en el motor, podría alimentar todos los motores de combustión que sigan circulando en 2026. No todo el mundo podrá permitirse un coche moderno eléctrico o impulsado por hidrógeno, y este tipo de propulsión seguirá siendo imposible en algunas partes del mundo por problemas de infraestructura. Con su nuevo desarrollo en el campo de los e-combustibles, la Fórmula 1 y sus socios quieren allanar el camino para otras alternativas de movilidad ecológica. "Todas las compañías petroleras que trabajan en la Fórmula 1 están comprometidas con este objetivo", continuó Brawn. Si los conocimientos técnicos adquiridos resultan fructíferos en la investigación de los próximos años, quieren compartirlos y hacerlos accesibles a la industria automovilística.  

Por tanto, la próxima revolución de los combustibles no sólo debería ayudar al automovilismo, a menudo criticado por sus problemas medioambientales, a llegar a un futuro limpio. Los efectos podrían desplegarse a una escala aún mayor y cambiar para mejor el mundo del transporte en general. Y quién sabe, quizá los compradores de coches elijan en el futuro entre coches eléctricos y de pila de combustible, o reequipen sus viejos motores de combustión con los combustibles 100% neutros para el clima de los coches más rápidos del mundo.