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Multas: Los pequeños errores pueden salir caros

Las carreteras europeas son auténticas máquinas de imprimir dinero, para disgusto de los viajeros. Un breve repaso a lo que sale realmente caro.

Si no quieres llevarte a casa ninguna multa de aparcamiento como regalo de tus vacaciones o viaje de negocios, tienes que estar atento y bien preparado. 

Por ejemplo, el estado de ánimo en el esperado viaje a Italia después del cierre se estropea rápidamente si se entra sin autorización en una zona de tráfico restringido, ya que abundan en los municipios italianos. La mayoría de las veces, estas zonas están vigiladas por sistemas de cámaras; la posibilidad de salir impune es nula. Todo menos "igual a cero" son las cuantiosas multas que amenazan a los infractores, porque el Estado italiano cobra una multa de 84 euros: ¡Ciao, buen humor! Con las tasas procesales, la suma puede ascender rápidamente a 120 euros. Si no pagas en el plazo de 60 días tras recibir la carta o la multa emitida, tienes que pagar el doble. 

En los Balcanes también puede salir caro. Los infractores de las normas de aparcamiento en Croacia tienen que pagar entre 10 y 40 (!!!) euros. La protección de los consumidores recomienda encarecidamente que, si es posible, se entregue in situ un recibo con el lugar, el importe, el motivo y la fecha de la infracción. 

En Austria, es especialmente molesto tener una pegatina, como exige la ley, pero no haberla colocado correctamente en el parabrisas, lo que equivale a no haberla comprado. El llamado "primer peaje" cuesta entonces 120 euros. Si quiere ahorrarse dinero y retirar ilegalmente una pegatina que ya ha sido colocada en otro vehículo, tendrá que pagar 240 euros por este intento de fraude. 

Pero puede evitar todos estos problemas de forma fácil y fiable. 

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